La consellera d'Educació, Bàrbara Galmés, consideró ayer «impensable» que se implante una asignatura alternativa a la Religión que sea evaluable en Bachillerato, tal y como reclaman los obispos de Balears.
Ante la amenaza de la Iglesia de impugnar el Decreto de Currículo de Bachillerato si se aprueba tal como se conoce, es decir, sin contemplar ninguna alternativa a la materia de Religión, la consellera aseveró que el decreto se «limita a cumplir con la legalidad vigente» y «no contradice los acuerdos del Concordato» entre la Iglesia y el Estado», como afirman los obispos.
El próximo curso, los alumnos de 1º de Bachillerato podrán cursar dos horas de Religión a la semana, sin alternativa académica, «porque así consta en el Real Decreto elaborado por el Ministerio, en el que se basa el decreto autonómico, para el que lo único que hemos hecho es traducir al catalán lo que dice ese Real Decreto». Por tanto, Galmés dijo no entender que los obispos no se manifestasen en contra de ese texto nacional y sí lo hagan ahora con el de Balears.
De las dos horas de Religión semanales, una tendrá como alternativa una tutoría, pero durante la segunda hora, el alumno que no la curse podrá quedarse o marcharse del centro.
La consellera reveló que los obispos rechazaron que se impartiese una hora en 1º y otra hora en 2º, en ambos casos con la tutoría como alternativa.
Abandono escolar
En cuanto a las críticas por la asignatura de Educación por la Ciudadanía, Galmés alertó que «objetar la asignatura es un camino peligroso», porque «además de oponerse a la legalidad, puede dar pie a que se alegue contra otras materias que tengan contenidos ideológicos o enfoques diversos» y pensó en la Literatura, la Historia o la Filosofía.
La consellera realizó estas declaraciones durante la presentación de los Programas de Cualificación Profesional que, como adelantó Ultima Hora, sustituirán a partir del próximo curso a la Garantía Social. Están dirigidos a jóvenes de 16 a 21 años que no han conseguido el título de ESO, que tendrán la oportunidad de retornar al sistema y graduarse o, si no, de conseguir una titulación profesional básica.
Acompañada por el director general de FP, Miquel Mestre, Galmés explicó que estos programas son una de las medidas más serias que impulsará el Govern para prevenir el abandono prematuro de los estudios, que en el curso 2005-06 afectó al 34% de los alumnos de ESO.
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