Aunque hay muchas familias que año tras año se suman a ir a comer el día de Navidad a un restaurante y así evitarse todo el trajín de tener que cocinar para todos, aún quedan familias que se resisten a perder el calor del hogar durante días tan señalados como el de ayer.
Por esta razón, muchos comedores de la Part Forana vistieron sus mejores galas durante las cenas de Nochebuena y las comidas de Navidad que, como cada año, sirvieron para reunir a toda la familia.
Navajas, mejillones, chuletones, almejas, gambas, caldo de sopa, porcella y diferentes tipos de pescado fueron los menús más destacados durante la noche del 24 y el mediodía del día de Navidad. aunque también hubo familias que no se pudieron resistir a que estos manjares compartieran mesa con algunos de los platos cocinados siguiendo las instrucciones de antiguos recetarios. El farciment, un embutido dulce que tiene el aspecto de un camaiot y las carnes condimentadas con salsa de granada agria constituyeron, quizás, los platos destacados en esta categoría.
Aunque las recetas más auténticamente mallorquinas volvieron a coger protagonismo al sacar los dulces. El torró de bomba, las greixoneres, las coques bambes y el tambor d'ametlla compartieron plato con el turrón de Jijona y el mazapán. Y como no podía ser de otro modo, después de la medianoche, el gran protagonista de las mesas fue el chocolate acompañado con churros o ensaimadas que hizo las delicias de los comensales.
Pero lo que seguro que se recordará de estos días es la sensación de compartir unas horas con los seres queridos. Y el «vuelve a casa por Navidad» dejó de ser una ficción para convertirse en un auténtico regalo de Papá Noel para madres, abuelos, padres, primos, hermanos y abuelas. Estudiantes que regresaron a sus hogares, hermanos que viven lejos y familias enteras que desde otros países se han desplazado a estas tierras para pasar las navidades junto a sus seres queridos.
Como no podía ser de otra manera también hubo tiempo para los regalos materiales. De cada vez son más las familias que se prestan al juego del amigo invisible para repartir los regalos. Así, a la sorpresa del regalo recibido se le suma la de saber quién a tocado a quién.
Aunque no podía faltar tampoco uno de los grandes protagonistas de la noche: Papá Noel. El hombrecito gordinflón del vestido rojo y la barba blanca llegó a los pueblos de Mallorca desde el Polo Norte con su trineo a dar regalos a los más pequeños.
Pero en muchos pueblos, su trineo era demasiado grande para recorrer las pequeñas calles y entregar sus regalos a los niños que estaban esperándole ilusionados. En Petra Papá Noel hizo su entrada triunfal al mando de un peculiar coche-trineo, que estrenaba este año, y repartió, casa por casa, regalos a los niños y mayores que se han portado bien.
Unos regalos que, en muchos hogares se destaparon en familia y contribuyeron aumentar la felicidad y la unión que en estas fiestas reina en las casas de casi todo el mundo.
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