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Vendimiar es motivo de fiesta. Así lo demostraron el viernes unos 150 amigos que participaron en una vendimia organizada por las bodegas de Algaida Can Majoral bajo la luna llena. Fue una convocatoria inédita, una forma de elaborar el vino diferente y siguiendo las antiguas creencias recogidas en el calendari pagès. Era la primera vez que se recogía el fruto en luna llena en fase ascendente y fue un éxito, consiguiendo recoger unos 8.000 quilos de la variedad ull de llebre. La ventaja es que se activan los elementos líquidos de la planta y el fruto alcanza su máxima expresión con un mayor sabor y aroma. La recogida empezó pasadas las 19 horas al ritmo de una música elegida para la ocasión y acabó con una cena, un concierto y otras sorpresas.