Este espectáculo, que comenzó a celebrarse en Mallorca en 1987, se organiza cada dos años y va ya por su XIII edición de éxito. En sus 22 años de vida han pasado por él más de 70 países de todos los continentes y cada edición cuenta con una media de 1.500 bailarines dispuestos a participar en este festival de fama mundial y al que muchos países, como Corea, han copiado. «El festival de danzas folklóricas tiene más nombre e importancia en el extranjero que en Mallorca y, además, es una forma bonita y barata de promocionar Mallorca», asegura Tomeu Bosch.
Subvenciones
Desde su inicio, este festival se ha realizado con el apoyo económico del Ibatur, la Fundació Mallorca Turisme y el Imtur de Cort, junto a la ayuda desinteresada de otras entidades y empresas en materia de promoción y ayuda a la organización. La última edición, celebrada entre el 14 y el 18 de 2009 tuvo un coste aproximado de 150.000 euros sufragados por el Ibatur con 90.000 euros y la Fundació Turismo Mallorca y el Imtur con 30.000 euros respectivamente, para pagar la instalación de escenarios por todo Palma, los premios en metálico del concurso y su promoción. «Si no tenemos noticias de las instituciones en septiembre ya no podremos organizarlo, normalmente necesitamos un año para cerrar todo, en septiembre nos quedarán solo 8 meses, vamos contrarreloj», dice Bosch.
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