Grases, que estuvo acompañado por Rafael Prieto, titular de Universitat del área de Fisiología de la UIB y miembro del Iunics, expuso la relación entre las distintas calcificaciones patológicas -básicamente cálculos renales (que afecta al 14% de la población en Balears, el 10% a nivel nacional) y calcificaciones cardiovasculares, presentes en más del 50% de las personas de más de 45 o 50 años- y la dieta. De hecho, aseveró, la dieta es responsable en un 80% de la generación o desarrollo de estas calcificaciones.
El experto explicó qué componentes ayudan a evitar estas enfermedades y cómo a raíz de las investigaciones realizadas se entablaron contactos con empresas de la Isla para el desarrollo de productos que contengan esos elementos preventivos y que, por tanto, reduzcan el riesgo de padecer esos males.
Y fueron precisamente esos alimentos los que ayer pudieron degustar los cerca de 150 participantes en la cata: galletas Queli Cor (de Quely), que contienen polifenoles, antioxidantes presentes en frutas como la uva negra; galletas Galefit (de Galletes Rossellons), con fitato, un inhibidor natural del desarrollo de calcificaciones presente en las legumbres, los frutos secos o el pan integral; y Luna.Fit, un paté vegetal a base de tofu y con fitato de la empresa Embutidos Aguiló. Como acompañamiento se degustaron quesos Prilac, Aceite de Mallorca y vino de Binissalem con DO.
Decálogo
El doctor Grases defendió firmemente la dieta mediterránea y dio a conocer el decálogo contra los cálculos renales: a saber, beber más de dos litros de agua al día, sin gas; no seguir dietas estrictamente vegetarianas, ni tampoco estrictamente proteicas, no consumir exceso de sal ni de azúcar, no tomar sol en exceso, no abusar de vitaminas como la C o D, consumir cantidades adecuadas de vitamina A y B6, hacer ejercicio con moderación, no abusar de fármacos y consumir productos ricos en fitatos y en antioxidantes (como las frutas rojas).
Tras la intervención de Grases y de los representantes de las empresas se abrió un turno de preguntas en el que los asistentes pudieron resolver sus dudas en relación a la dieta o a la salud.
En ese momento, Grases explicó que la incidencia de los cálculos es mayor en el Mediterráneo por las elevadas temperaturas y la humedad, «que hacen transpirar más, lo que da lugar una mayor concentración de la orina, lo que es un factor de riesgo». Otra de las preguntas le sirvió para derribar el mito de que el agua del grifo de las Islas provoca cálculos renales: «el agua del grifo se puede beber, pues lo que contiene es carbonato cálcico y el ser humano no genera cálculos de carbonato cálcico».
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