Las calles de Palma han vivido una manifestación masiva contra la reforma laboral. | D. Amengual/T. Ayuga

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Al grito de ‘La rosa y la gaviota nos tratan como idiotas‘, ‘A ti que estás mirando, a ti te están robando' o ‘No nos mires, únete', más de 25.000 personas, divididas en dos manifestaciones, recorrieron ayer las calles de Palma exigiendo la rectificación de la reforma laboral aprobada por el Partido Popular.

La más multitudinaria, formada por unos 20.000 personas según la Policía y unos 60.000 según la organización, estuvo encabezada por los secretarios generales de UGT, CCOO, USO y STEI en Balears, Lorenzo Bravo, Katiana Vicens, David Díaz y Biel Caldentey, respectivamente, que portaban una pancarta con el lema ‘Huelga general, quieren acabar con todo, con los derechos laborales y sociales'. En segunda fila, además, líderes de la oposición como la secretaria general del PSIB, Francina Armengol, y el portavoz del PSM-IV-ExM, Biel Barceló, Toni Verger, o entre otros.

Críticas

Por su parte, la segunda manifestación, auspiciada por CNT, CGT y Bloc Unitari Anticapitalista, reunió a un total de 4.000 personas que hicieron un recorrido diferente para finalizar su marcha en el Passeig del Borne, no sin antes toparse con la manifestación principal en la calle Conqueridor, lo que ocasionó ciertos momentos de tensión.

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En este sentido, el secretario general de Acción Sindical de UGT, Manuel Pelarda, quiso dejar constancia de su enfado y exigió la dimisión de José María Rodríguez, delegado del Gobierno, y el alcalde de Palma, Mateo Isern, por permitir que las dos manifestaciones coincidieran en un punto caliente como la calle Conqueridor y que hubiera creado «un gran problema si no se hubiera resuelto con mucha sangre fría», recalcó.

Mínimos incidentes

La manifestación principal, que tardó más de media hora en partir de la plaça Espanya, recorrió las avenidas y el Passeig Mallorca con total tranquilidad y entre pocas proclamas hasta que llegaron a Jaume III donde la marcha ‘se vino arriba' cuando la representante de CCOO en Balears, Katiana Vicens, gritó «es una ratonera» a su paso por El Corte Inglés de Jaume III , ya que el centro acababa de cerrar sus puertas y colocaba mantas en sus escaparates. Acto seguido la cabecera de la marcha inició una sentada ante la atenta mirada de la policía, para luego continuar su recorrido. Finalmente, la manifestación finalizó (unas dos horas después) en la plaça Major donde se leyeron diferentes discursos.

Así, la secretaria general de CCOO, Katiana Vicens, señaló que la «clase trabajadora ha recuperado la conciencia unitaria ante la decisión del Gobierno de cercenar sus derechos». Por su parte, Lorenzo Bravo, de UGT, criticó la reforma laboral ya que –en su opinión– lo que se pretende es «volver a a la edad media o a la época del caciquismo».