Mario Sorribas, en una imagen de archivo.

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Mario Sorribas, quien fuera apoderado de Aizoon y hombre de confianza de Iñaki Urdangarin, ha solicitado el archivo de su imputación en el caso Nóos y ha reclamado que la causa se concentre en «ventilar» las presuntas responsabilidades penales de «los dos únicos responsables» de los hechos que se investigan: el Duque de Palma y su exsocio Diego Torres, a quienes, no sin ironía, ha deseado "toda la suerte" en este proceso.

Mediante un escrito, el encausado recalca que el informe que entregó la Agencia Tributaria el pasado mes de junio fue tajante al concluir que son "dos personas determinadas las que manejan, han dirigido de forma personal y exclusiva, han mantenido el pleno control efectivo sobre las sociedades del grupo Nóos y han asumido el riesgo empresarial", en alusión a Urdangarin y Torres.

Sorribas señala que, siendo un "simple empleado" del Instituto Nóos de 2004 a 2006 y de la considerada sucesora de esta entidad entre 2007 y 2008, Aizoon, no tomaba decisiones gerenciales ni tenía acceso a las autoridades. Le estaban vetadas las finanzas de la empresa, no podía influir en la adopción de resoluciones por parte de las administraciones contratantes y no participaba en los beneficios empresariales, careciendo por ello "de barcos, inmuebles suntuosos y cuentas bancarias en el extranjero». En esta línea, la defensa del imputado apunta que su sueldo "no daba para más" y que las dietas que percibía «las gastó en el desempeño de su trabajo".

De hecho, incide en la «absoluta unanimidad» por parte de quienes han declarado en la causa respecto a quienes eran "verdaderamente los dueños de la empresa, en quienes recae el dominio real y efectivo del acto enjuiciable bajo la óptica penal". "Mario Sorribas trabajó mucho, viajó más, envió cientos de mails a todos cuantos le ordenaron que se los enviara, pero no pintaba nada», subraya su abogado, reafirmando que no dejó nunca de ser "un currante y un mandado alejado del centro de control efectivo de las decisiones empresariales".

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En cuanto a su vinculación con Aizoon, propiedad al 50 por ciento de los Duques de Palma, Sorribas recuerda que se incorporó en 2009 como «mero empleado (...), muy trabajador pero sujeto a las directrices del dueño, el señor Urdangarin». El hecho de que éste le otorgara poderes a mediados de ese año, cuando se fue a vivir a Estados Unidos, «amén de absolutamente lógico en esa circunstancia, no tiene por demás mayor trascendencia», defiende.

Y ello porque, precisa, «no concurren indicios de actividad delictiva» de la mercantil durante 2010 y 2011; no hizo uso de esos poderes «para cometer ninguna tropelía penalmente tipificada"; no participó de los beneficios de esta empresa» y, además, los poderes convertían a Sorribas «en un simple mandatario».

Finalmente, el imputado subraya que ha quedado «sobradamente acreditado» que fue Torres el dueño y administrador real de la sociedad De Goes for Stakeholders Management, otra de las empresas que se encuentran bajo lupa judicial en el marco de esta causa. De hecho, indica, fue quien nombró a Sorribas administrador de la mercantil, reservándose sin embargo "el poder real o el dominio de los actos realizados por la entidad".

No obstante, la defensa precisa que "no sería correcto" tildar a Sorribas de testaferro de Torres en De Goes, aclarando que su patrocinado "no se ofreció a encubrir nada, ni a asumir para sí las responsabilidades que pudieran generar las acciones del señor Torres. Este le convenció de que la nueva mercantil se dedicaría a los 'stakeholders', es decir, a la gestión de los grupos de interés en el marco de la temática de la responsabilidad social corporativa. Y le convenció de que iba a ser él quien lideraría el nuevo proyecto".