«Ha sucedido lo peor que podía pasar», aseguró ayer el director general de Universitats, Miguel Deyá, al referirse a la renuncia del tenista Rafael Nadal a ser distinguido como doctor honoris causa de la Universitat de les Illes Balears, decisión que comunicó al rector Llorenç Huguet al trascender la existencia de algunas voces críticas en el seno de claustro de profesores.
Deyá no dudó en responsabilizar a «los grupos antiespañolistas» de la UIB del movimiento contra la concesión del doctorado a Nadal, del que dijo «es una persona que se siente española y ejerce como tal». El responsable de la Direcció General de Universitats recordó que «el nombramiento era un expediente administrativo y los que querían oponerse deberían haber votado en el seno del Consell de Govern de la UIB. Los que estaban en contra eran lo que perdieron las últimas elecciones al Rectorado».
Trasfondo político
El análisis de lo ocurrido tiene, para Deyá, un marcado componente político toda vez que, en opinión del director general, «todo esto distancia a la Universitat de la sociedad. La marca Nadal es conocida en todo el mundo y la UIB no, creo que todo ha sido el resultado de un movimiento de los grupos antiespañolistas».
En opinión de Deyá, «la propuesta del rector Llorenç Huguet fue la correcta e, insisto, la decisión final la debía haber adoptado el Consell de Govern de la UIB».
Tras calificar de «coherente» la actitud de Rafael Nadal, que anunció su renuncia a recibir la máxima distinción universitaria a la vista de que no existía unanimidad frente a la propuesta del rector Huguet, el director general de Universitats aludió a las «presiones mediáticas» que cuestionaban la idoneidad de premiar al mejor deportista de Balears de todos los tiempos. Desde la perspectiva de Deyá «la gran perjudicada de todo lo sucedido es la imagen de la UIB».
Nadal se explica
El tenista explicó a Ultima Hora Radio , desde Miami, «que se trata un tema cerrado». Añadió que «la verdad es que no quiero que la opción de que un premio me pueda ser otorgado sea una disputa entre ningún grupo de personas y que cree una polémica en una institución tan importante como la Universidad. Sólo quiero recibir un premio de este tipo si es unánime entre los que me lo quieran dar. No soy nadie para aceptar un premio de esta magnitud si la gente que me lo tiene que dar, que en teoría vota para esto, no está de acuerdo en dármelo. No hay ningún problema».
El deportista precisó que «evidentemente me sabe mal la polémica que se ha generado porque al final no tengo ninguna culpa de que me hayan propuesto para ser doctor honoris causa. Si me lo dan en el futuro, bien, y, si no, la verdad es que estoy feliz de cómo me van las cosas sin ser doctor. Estoy igualmente agradecido a la UIB por la intención de haber pensado en mí. Creo que, por ahora, es mejor renunciar porque las cosas, así como se han desarrollado, creo que no son de la manera que favorecen que este premio me sea otorgado».
144 comentarios
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El tenista y el Magnificus han dado ambos a los políticos lecciones de oportunidad y dignidad en el ejercicio de sus funciones Los deportista y los universitarios estamo de en hora buena GRACiAS
Queremos los nombres de estos "antiespañolistas".......¿porque no los dáis???....tb sois uno coto cerrado los de la UIB y unos lame.......o sea corporativismo............que asco dáis!!! Yo no quiero profesores que no se sientan mallorquines y españoles..............¿Que tal os va con el Rey arturo?......paga bien?
A mi me gustaria un rafa nadal humilde,no es nada humilde,igual que como todos los famosos.La mitad de su fortuna que se lo de a los pobres,asi sere fan suyo,pero de momento no sere fan de él,y no me cansare de comentarlo
Només son forasters els que ho volen ser.
Per als mallorquins tots els peninsulars sempre seran forasters. Això no és bo ni dolent. La majoria de forasters són bona gent.
Ese honor note hace falta Rafa, tu ya te los tienes todos ganados, son ellos que se quieren apuntar a tu carro.
Ni antiespañolistas ni historias. Se ha querido utilizar políticamente la figura de Rafael Nadal, un tenista excepcional, pero eso, tenista, dándole un título que no tiene sentido ni relación con su actividad. Se quería utilizar su figura para hacer publicidad de la UIB y del govern. Rafael, inteligentemente, ha dicho que no. Lógico.
Siempre que se toca el tema del catalán aparecen dos tipos de elementos. Los mallorquines para los que todos los peninsulares (andaluces, castellanos, gallegos, catalanes, ...) somos "forasters" y los peninsulares que piensan que la lengua propia de las Islas no es ni mallorquín ni catalán, piensan que es "polaco". La mezcla de estas dos posturas fanáticas es un cóctel explosivo. Y sólo se ponen de acuerdo para, movidos por la envidia, atacar al catalán.
Idò, si no te agrada parteix, que ningú te ha vengut a cercar,batuadell de forasters d'els colllons.
"... Este fenómeno de aislamiento ha forjado la manera de ser de los isleños. Hay una anécdota muy curiosa de un señor mallorquín que fue a Madrid y se sentó a comer a un restaurante. Cuando pidió unes sopes i un bistec, el camarero le preguntó si era forastero, a lo que el mallorquín, enfadado, respondió: Jo? Tu ets es foraster, jo som ben mallorquí! [¿Yo? Tú eres el foraster, yo soy bien mallorquín]. Y es que en el ideario mallorquín el foraster es todo aquel que no sea de Mallorca, se esté o no en la isla. Felip Munar apunta que, antaño, Mallorca era –como muchas otras islas– todo el universo conocido, "como si no hubiera nada fuera de aquí. El mundo se distinguía entre Mallorca y fora de Mallorca", aclara. Eso puede explicar la particular manera de entender y concebir el mundo que se tiene en la isla de la calma...". Así que menos leches de catalán. Aquí, los que no somos mallorquines de pura cepa somos "forasters", seamos castellanos, aragoneses o catalanes.