José Castro y Pedro Horrach, cuando todavía no habían llegado las desavenencias entre ellos. | Teresa Ayuga

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El juez del caso Nóos ha estallado esta mañana a su llegada a los juzgados de Palma. Tras conocer el contenido del recurso presentado ayer por el fiscal Anticorrupción Pedro Horrach, José Castro ha afirmado que "si el Ministerio Fiscal cree lo que escribe debería querellarse contra mí".

En un tono tranquilo pero visiblemente molesto, el juez instructor ha manifestado que el escrito de Horrach "es legítimo en cuanto al razonamiento jurídico y a las reflexiones que contiene para justificar un argumento, pero no en cuanto a la falta de respeto hacia él". Castro entiende que el fiscal realiza afirmaciones que implican que él habría cometido un delito de prevaricación.

Enfrentamiento

Las dos locomotoras que tiraron del ‘caso Nóos' en sus orígenes contra Iñaki Urdangarin tomaron vías que les llevaron a colisonar cuando en el horizonte apareció Cristina de Borbón. El instructor, José Castro y el fiscal Pedro Horrach fueron una piña desde el inicio del ‘caso Palma Arena' en el año 2009. Unidos contra Matas y Urdangarin. En marzo de 2013 Castro tomó por su cuenta la decisión de imputar a la hermana del Rey. A partir de entonces, más de un año de disputa jurídica convertida en un choque de caracteres.

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Por escrito se han dedicado píldoras variadas. La tensión llegó al interrogatorio de la infanta. Ese día, el juez ordenó al fiscal: «Haga preguntas, pero no interprete las que hago yo». Antes, el fiscal había tenido frases duras en varios escritos para el juez: «se apoya en teorías conspiratorias» o «pide diligencias innecesarias».

Tanto el juez como el fiscal llevan años bajo una alta tensión con el ‘caso Nóos'. Por un lado se enfrenta el empeño del magistrado en llegar hasta el final en el caso y eso, a su juicio, lleva implícita una responsabilidad de la Infanta. Por el otro, el fiscal trasluce que el empecinamiento del juez le ha dejado a los pies de los caballos ante la opinión pública.

En uno de sus escritos, bajo el epígrafe «La memoria es frágil», Horrach revindicaba su papel a la hora de poner en marcha la investigación, con cierta acritud rememoraba toda su actividad desde el inicio del Palma Arena. El juez, por su parte está en el último caso de su dilatada carrera. En poco más de un año cumplirá los 70 y se jubilará. No entiende cerrar la causa sin la Infanta en ella con la sombra de no haber llevado la investigación a las últimas consecuencias.

Dentro del debate jurídico primero se enfrentó a un choque con la Audiencia Provincial que le anuló una primera imputación. Tras esta decisión se centró en los delitos fiscales en los que no ha escatimado diligencias. Todo hasta ayer, el día en el que con un auto terminó su reinado en Nóos.