Imagen del estado de las instalaciones del centro.

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Las familias del Centro de Educación Especial Son Ferriol, el único centro público de estas características de la Isla, ya no aguantan más, están indignadas después de años de ser ignorados por el Ajuntament de Palma y la Conselleria d’Educació en la denuncia de las muchas y graves deficiencias que padece la instalación.

El centro, explica el secretario de la Junta Directiva de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMIPA), Pep Valens, no cuenta con red de alcantarillado, «sino que funciona con dos pozos negros filtrantes, que suponen un foco de contaminación para el suelo freático de toda la zona». Tampoco dispone de red de abastecimiento de agua potable, que llega al centro a través de camiones cisterna. «Eso provoca –asegura Valens– que muchos días falte el agua en inodoros o duchas». Además ha habido filtraciones, por lo que se teme que haya afectado a la estructura del inmueble.

El aislamiento del edificio también es deficiente, «en verano no se puede estar y en invierno hace mucho frío», lamenta la fuente y para colmo está lleno de barreras arquitectónicas y no dispone de ningún baño adaptado para personas con movilidad reducida. Ausencia de un comedor escolar, mobiliario obsoleto o falta de transporte público que llegue al centro son otras de las reclamaciones.

«Es denigrante, no aguantamos más, estamos llevando a nuestros hijos a un centro a riesgo de su salud y su seguridad, pues ni siquiera logramos que se nos garantice que es seguro», afirma Anna Moilanen, vicepresidenta de la AMIPA.

La reunión, sin resultado alguno, mantenida ayer con el director general de Planificació de Educació, Tolo Isern, y sin presencia municipal fue la gota que colmó el vaso. «Vamos a presentar denuncias donde corresponda, aseguró Moilanen. El pasado año presentaron 1.156 firmas reivindicativas de las que no han recibido respuesta alguna.