Pese a las advertencias de riesgo de desprendimientos y de «paso cortado» la carretera de Cala Carbó sigue teniendo tránsito de personas y coches.

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El deterioro de los carriles de acceso a la playa y la urbanización de Cala Carbó en Pollença ha llevado al Ajuntament a restringir los accesos por peligro de derrumbe.

La urbanización, desclasificada por el Govern de les Illes Balears en 2007 y que se ha convertido en todo un símbolo de la victoria del paisaje sobre el urbanismo quedó condenada a un deterioro progresivo.

El Ajuntament negocia y presiona para que se ejecute una reparación urgente antes del inicio del otoño ante el temor de que un temporal acabe llevándose lo que queda del vial. El alcalde de Pollença, Miquel Àngel March, informó esta semana de que un ingeniero de Costas ya ha visitado el lugar y ha realizado un presupuesto de reparación que ahora espera el visto bueno del Gobierno central. «Es una cuestión que nos preocupa y que no se puede dejar pasar», dice March.

Las pocas casas construidas en la zona desclasificada son ahora contrarias al planeamiento. Nunca se llegaron a completar los servicios básicos de la urbanización y ni siquiera está claro que pudiera hacerse ahora en un suelo protegido como Anei.

Los residentes (algunos intentaron vender sus casas tras la desclasificación de 2007) advierten sobre el riesgo de seguridad pero los accesos de Cala Carbó chocan además con un conflicto de competencias. La carretera está en la zona de dominio público y por lo tanto Costas debe asumir la reparación.