Vista general de la urbanización Son Vida, una de las zonas más caras de Palma. | L. FORTEZA

TW
21

El TSJB da la razón al catastro frente a los vecinos de la urbanización Son Vida. Hasta 13 sentencias del tribunal rechazan la petición en bloque de propietarios de la zona para parar en los tribunales la aplicación de los nuevos valores catastrales para sus fincas. Una revisión en 2013 multiplicó estas cantidades que son la base con la que se calculan todos los impuestos que tienen que ver con las viviendas: desde el IBI municipal a las plusvalías. El valor catastral de una finca no corresponde con el de mercado y, de forma habitual es alrededor de la mitad de éste. En el caso de Son Vida, algunas fincas han quedado en torno a los 800.000 euros lo que les supone, por ejemplo pagar en torno a los 4.000 euros de contribución al Ajuntament de Palma cada año.

Los vecinos de la urbanización se movilizaron a través de la empresa Son Vida S. A. contra la subida de estos valores. Primero impugnaron la resolución de la Ponencia de Valores del Catastro ante el Tribunal Económico-Administrativo. Como no les dieron la razón acudieron a la vía judicial. Al recibir trece recursos, la Sala de lo Contencioso del TSJB los valoró todos en conjunto. De esta manera, los cinco magistrados que la forman han llegado a la misma conclusión: no es posible el recurso de esta manera.

Los propietarios alegaban, entre otras cosas, que no se había acompañado la revisión del valor catastral con un informe de mercado. El TSJB recuerda que sí se realizó ese documento aunque no se le diera traslado a los recurrentes y les reprocha que, en el fondo, con lo que discrepan no es con el método de la ponencia de valores sino con la cantidad que les aplica.