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El 36 por ciento del agua suministrada en Palma este verano ha sido del mar desalada y comprada, lo que destaca, según datos de Emaya, la fuerte dependencia que sufre el municipio respecto al agua de mar desalada.

Asimismo, esta compra de agua desalada no tuvo que hacerse el año pasado, al igual que tampoco hubo que recurrir a la potabilizadora Son Tugores, que en este verano ha supuesto el 22 por ciento del agua generada para Palma.

En este sentido, Emaya recalca que la dependencia del agua de mar desalada es muy elevada, con un coste que llegará a los 8,6 millones de euros a lo largo de 2016.

El uso intensivo de agua desalada desde el mes de febrero ha permitido garantizar el suministro de agua a la población de Palma. Este uso continuará durante los próximos meses, de forma que Emaya comprará a Abaqua el agua que pueda producirse.

Por su lado, la extracción de los embalses hasta el 28 de agosto se sitúa a sólo 1.324.026 metros cúbicos, cifra muy inferior a la del verano pasado (9.693.835 metros cúbicos), dado que estas reservas se encuentran a día de hoy el 32por ciento de llenado, mientras que, en las mismas fechas del año pasado, se encontraban al 52 por ciento.

Además, desde Emaya adelantan que se prevé detener la extracción de agua de los embalses a finales del mes de septiembre. De hecho, ya se saca agua por debajo de los niveles en los que otros años se detenía la extracción.