La Empresa Funeraria Municipal (EFM) de Palma ha comenzado este martes a llevar a cabo el proyecto de reordenación de la zona antigua cementerio de Son Valentí (conocida como sector II) que contempla la liberación de unas 600 sepulturas abandonadas (que carecen de dueño o cuya concesión ha caducado), de las cuales 54 unidades de enterramiento serán trasladadas a otro lugar del recinto.
El proyecto de reforma de la parte más vieja del cementerio municipal costará 530.000 euros que proceden de la Ley de Capitalidad. Según ha explicado el alcalde de Palma, Antoni Noguera, con esta intervención se pretende «dignificar» una zona que en la que se constata un «alto grado de abandono» atendiendo al porcentaje de impagos, lo que «provoca una degradación importante», ha afirmado.
Noguera ha incidido en la necesidad de acometer esta remodelación, teniendo en cuenta que nunca se ha realizado ningún tipo de intervención en el cementerio municipal, que fue inaugurado en 1821.
El hacinamiento de las tumbas hace necesario una adecuación para que sea más «accesible» para las personas. Ante ello, el primer edil ha explicado se procederá a la creación de viales para que el paso a las tumbas y nichos se pueda realizar «en condiciones».
«Esta zona del cementerio es parte de la memoria de la ciudad, y tiene que tener un espacio digno», ha insistido el alcalde.
Por su parte, la teniente de alcalde de Función Pública y Gobierno Interior, Aurora Jhardi, ha dicho que la reordenación de esta parte de Son Valentí es una acto de «responsabilidad política» y ha manifestado que «es importante que la gente que visita el cementerio lo haga con todas las garantías de dignidad».
El gerente de EFM, Jordi Vilà, ha detallado que el proyecto se ha centrado básicamente en la liberación de espacios y en la reorganización de algunas sepulturas.
Así, el Ayuntamiento ha recuperado la titularidad un total de 248 unidades de enterramiento, a las que hay que sumarán otras 350 tumbas que se prevé que acaben también con expedientes de caducidad de aquí a final de año. Además, se han abierto 54 expedientes de cambio, por lo que serán trasladadas a sepulturas similares en otras zonas del recinto.
Los trabajos, que durarán varios meses, se desarrollarán en seis fases, según ha señalado el proyectista, Sebastiano Rossi, e incluyen la sustitución de farolas por iluminación LED, la instalación de un elevador en la zona de las escaleras y la colocación de sistemas de televigilancia.
El responsable del proyecto de reorganización del sector II ha concretado que la intervención prevé el diseño del Polvorí, la repavimentación y apertura de viales para facilitar el tránsito de los visitantes (que se realizarán con materiales naturales) y la organización pequeños espacios verdes de «descanso y reflexión».
En la plaza Ramon Llull se procederá a la adecuación del pavimento, la reorganización de pendientes y la revitalización del espacio para acoger actos públicos.
Este martes han comenzado los primeras exhumaciones, mientras se procede a la licitación de la construcción de las obras que se espera que esté lista dentro de dos o tres meses.
1 comentario
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El sector 2, sin duda el más bonito y característico. Van a destruir su esencia. Es verdad que no puedes pasar y que las tumbas están muy juntas, pero es un espectáculo sin igual, un amasijo de historia amontonada. Lo van a "regularizar" para convertirlo en algo seguro que más insulso. Y de paso denuncio la destrucción silenciosa, sibilina y paulatina de otros cementerios como el de la Vileta (a pesar de estar catalogado) a base de sustituir tumbas tradicionales, con detalles ornamentales irrepetibles, por mazacotes de "marbre negre" cúbicos, patéticos, carentes de nada... o la limpieza de tumbas con el "chorreado de arena" un atentado histórico artístico equivalente a 1000 años de desgaste, eliminando cualquier detalle escultórico, porque no se quiere ver una pátina negra hecha por el paso del tiempo y que le da valor ... una pena. Rossi a ti te lo digo, ya puedes hacer un buen trabajo y recuerda: "menos es más"