Margarita, tras las rejas, observa sonriente a su padre, Juan, a su madre y a su hermano. | Click

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A pesar de su fe cristiana, la familia de Margarita Bauzá Puigserver nunca pensó que ingresaría en el convento de Santa Clara de Palma como postulante y aspiraría a ser novicia y finalmente monja. Este miércoles su hermano y sus padres recordaban los pasos que han convertido a esta joven de 18 años en la religiosa más joven de Mallorca, tal como publicó Ultima Hora.

«De pequeña era una niña muy buena, dócil como un ángel», repasa Margarita Puigserver, la madre de la postulante. «Era un poco traviesa pero muy buena. Sobre todo muy silenciosa. No era una niña que rezara, ni mucho menos, pero si que íbamos todos los domingos a misa y tenía fe», rememora. Sobre su educación, la madre afirma que «en casa, la cultura se ha cuidado mucho. Según qué programas superficiales no se han visto nunca; tampoco videojuegos. Hemos seleccionado la cultura que queríamos que consumieran nuestros hijos», comenta.

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«Margarita y yo hemos estado muy unidos desde que éramos pequeños. Hacíamos y hacemos mucha vida de familia. Todo se ha contado siempre en casa», explica su hermano Juan Bauzá Puigserver, que también sigue sus pasos en el camino de la fe y ha decidido ingresar en el seminario de Palma. Quiere convertirse en sacerdote en los próximos años.

Margarita Puigserver recuerda que «todo empezó en 2016, cuando volvió de Polonia tras participar en la Jornada Mundial de la Juventud. Tenía la convicción de que Dios le había pedido algo más, dejar el novio y buscar algo que se adaptase a ella. Ese mes estuvo un poco inquieta porque no acababa de dar el paso, y fue su hermano que le propuso ir a ver a las monjas de Santa Clara. Y hasta ahora». La madre cuenta que «desde que está interna venimos a verla cada quince días, entre una hora y una hora y media en el locutorio. La semana que no vengo la llamo por teléfono».