Víctor Sánchez desarrolla su actividad empresarial y educativa en numerosos países. | Joel Knight

TW
0

Víctor Sánchez (Palma, 1986) es ingeniero de Telecomunicaciones, máster por el Instituto Técnico de Illinois, consejero delegado de Mashme.io (empresa que provee de servicios de videocolaboración a casi 4 millones de usuarios en 73 países) y Google Developer Groups Kids, es decir, organizador de eventos y talleres tecnológicos y creativos para niños y jóvenes. Sánchez participará en las jornadas del Projecte Aula (PAula), que tendrán lugar los próximos viernes y sábado en el Teatre Xesc Forteza, de Palma La inscripción está abierta hasta el próximo miércoles.

¿En qué consisten sus talleres?
- En construir y destruir, siendo siempre creativos. Concretamente, para destruir podemos aplicar la ingeniería inversa y desmontar un robot, por ejemplo, para saber cómo funciona. Como creativos y constructivos, podemos hacer lo contrario: montar un robot o aplicar un programa para crear animaciones o videojuegos, pero que sea el niño el que decide qué hacer. Procuro no repetir los talleres y que cada uno de ellos sea un reto diferente.

¿De dónde le viene esta afición?
- Por problemas de salud, de niño estaba mucho tiempo sentado y empecé a desmontar los ordenadores viejos de la oficina de mi padre. Y con los juguetes no jugaba, los desmontaba. De hecho, me regalaban juguetes para que los desmontase y al final abría todo lo que había en casa.

Y decidió aplicar esas experiencias en la educación.
- Sí, procuro ser un ingeniero muy comprometido y pensé que esos momentos que había vivido de niño podía replicarlos en la educación. Ya llevo once años con ello.

Noticias relacionadas

¿A qué edades van dirigidos sus talleres?
- Empecé con niños de 8 a 14 años, pero ahora también los organizo para 5-8 y 14-18. años. Son talleres que pueden durar desde cuatro horas hasta todo un fin de semana. Con grupos de hasta 20 niños, organizo yo solo el taller, pero los grupos pueden llegar a ser de 60 niños. Entonces, cuento con voluntarios. La atención de un niño es limitada y hay una línea muy fina entre el interés y el aburrimiento. Los talleres son de experiencias tecnológicas, pero desarrollan la creatividad y las emociones. El niño debe tener ganas de continuar con esas experiencias.

Así, sus talleres van más allá de lo tecnológico.
- Sí, cultivamos las emociones y la creatividad, pero también otras cuestiones como el trabajo en grupo, la colaboración y explicar, comunicar y compartir esas vivencias. El niño vive una aventura, pero él es quien debe llegar al eureka. Nosotros no debemos ir delante, sino detrás, pero que el menor sepa que siempre va acompañado. El superhéroes es el niño. Él es Batman y los que le acompañamos somos Robin, pero en el momento crucial está solo. Tengo que decir que hacemos todo esto por los niños, pero yo aprendo siempre con y de ellos.

¿Quién le llama para organizar estos talleres?
- Empresas patrocinadoras, escuelas públicas y privadas, ferias, centros culturales... Hay mucha diversidad.

Supongo que siempre se enfrenta al concepto clásico de tecnología.
- Sí, la tecnología siempre aparece asociada a disciplinas técnicas y cerrada a los perfiles creativos. La tecnología tiene que ser transversal para que los alumnos con perfiles creativos no se sientan marginados. La tecnología sirve para que el hombre vaya a la Luna, pero también para crear videojuegos o animaciones. Podemos aprovechar la tecnología para ser creativos, como aprovechamos un bolígrafo y un papel para desarrollar una fórmula matemática o para hacer un dibujo.

Hacer personas más completas.
- En efecto. Los especialistas son necesarios, pero hay que saber un poco de todo y tener la habilidad de la comunicación. Así conseguiremos ser personas más completas.