Antoni Garau, Joan Cànaves, Eduardo Balguerías y Antoni Quetglas al firmar el convenio.

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Unión entre pescadores y comunidad científica para el estudio del fondo marino y su sostenibilidad. La Federació Balear de Confradies de Pescadors y el Instituto Español de Oceanografía pondrán en marcha un estudio para controlar la pesca de arrastre, tan criticada por sectores ecologistas.

El proyecto prevé cambiar el tipo de arte de arrastre por uno de «puertas elevadas», por lo que las redes no tendrían casi contacto con el fondo del mar, según explica el secretario de la Federació de Confradies de Pescadors, Antoni Garau.

Precisamente la pesca de arrastre, que en Balears supone el 70 % de las capturas que llegan al mercado, es muy criticada por perjudicar el ecosistema marino. Este proyecto, que de momento solo está en estudio en Palamós, permitirá «continuar con este tipo de pesca imprescindible si queremos consumir pescado local, así como mejorar la sostenibilidad de los fondos», apunta Garau.

Así, las barcas de ‘bou’ que faenan en el Archipiélago deberán modificar sus aparejos de pesca, cosa que implica una inversión económica para los pescadores. Ante esta situación, el secretario de la Federación avanza que el Govern ya tiene publicadas las líneas de ayudas para que el sector pueda implementar este nuevo arte de ‘puertas elevadas’, pero primero son precisos los estudios científicos.

Este estudio es solo un ejemplo de los diferentes proyectos que tienen en mente llevar a cabo la Federació de Cofradies de Pescadors junto con el Oceanogràfic. El pasado miércoles ambas entidades firmaron un convenio de colaboración para fomentar la investigación de los fondos marinos y el control de los recursos.

La misteriosa desaparición de la gamba roja en 2017 es otro de los estudios pendientes. «No hay ningún informe científico preciso sobre la situación que vivimos hace dos años, y precisamente la gamba roja es un recurso muy importante para el sector, por lo que somos los primeros interesados en conocer las razones científicas de la desaparición», explica Garau. Otros recursos pesqueros como la gamba rosada, el boquerón o la sardina, también pueden ser objeto de análisis.