El general Cifuentes, en su despacho de la Comandancia del Palau de l’Almudaina.

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El paso del general Juan Cifuentes por la Comandancia General ha estado marcado por el objetivo de imbricar el estamento militar en el conjunto de la sociedad balear. Lo ha conseguido con creces.

¿Qué balance hace después de estar más de tres años al frente de la Comandancia?
—Lo valoro muy positivamente aunque deben ser otros quienes lo definan. Un trabajo demandante y de máximo compromiso en el que he contado con la colaboración leal de los componentes de la Comandancia y el aprecio de la sociedad de las Islas.

¿Qué momentos destacaría?
—He vivido momentos de gran impacto emotivo. Como dije en mi discurso al incorporarme a la Comandancia, venía a vivir y compartir las penas y alegrías, las ilusiones y objetivos de esta sociedad y de sus gobernantes, y así puedo recordar como inolvidables las Juras de Bandera para civiles, la semanas de las Fuerzas Armadas, la carrera del Port de Sóller al Puig Major, la presencia de SS.MM., ver a mis soldados cumpliendo su misión en Centroáfrica o desfilando en la Castellana y sin duda la asistencia y apoyo a la población de Sant Llorenç y el Llevant en la torrentada del año pasado.

¿Cómo ve la relación del ejército con la sociedad balear?
—Creo que el Ejército ha ocupado de nuevo su espacio natural en la sociedad balear, una organización que evoluciona, se adapta, es útil, moderna y que da seguridad. No somos un ente extraño, ni vivimos en guetos; estamos cerca del pueblo, del que procedemos, para servir de referente y orgullo a los españoles.

¿Cómo han ido las misiones en el extranjero de los militares de Baleares?
—Los soldados de la Comandancia han participado en todas las misiones que tiene actualmente en marcha el Ejército de Tierra, destacando las realizadas en Centroáfrica donde durante 18 meses asumimos el control de la misión de protección de los asesores al gobierno surafricano, relevándonos a nosotros mismos en 3 rotaciones y siendo la única misión del Ejército mandada por un suboficial. En 2020 pequeños equipos de la Comandancia participarán formando parte de los contingentes que se desplegarán en Líbano e Iraq. Otro reto ilusionante para los ‘honderos' de Baleares.

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¿Cómo se ha sentido en las Islas?
—Han sido unos años increíbles. La actividad incesante por ver y conocer, por buscar puntos de acuerdo y posibilidades de apoyar y colaborar, han sido de gran exigencia personal pero muy gratificantes. He conocido todas las Islas con cierta profundidad y sobre todo a sus gentes, su cariño y hospitalidad. Me he sentido un soldado afortunado. No tengo palabras de agradecimiento suficientes, en nombre mío y de mi mujer, Begoña, hacia tantas muestras de cariño y amistad. Estamos enganchados a estas Islas para siempre.

¿Mantendrá su residencia en Mallorca?
—Nuestra residencia está en Madrid e inicialmente regresaremos a la capital para volver a retomar el contacto con la familia; más adelante ya decidiremos nuestro futuro. Vendremos con frecuencia, no queremos perder las amistades conseguidas y seguiremos en contacto con ellas.

¿Cuáles son los nuevos desafíos del Regimiento Palma 47?
—El Regimiento tiene por delante retos muy interesantes y que le obligarán a dar lo mejor de sí mismos. Como ya he comentado hay dos misiones que abordar, en Líbano y Afganistán. Además ha sido designado la unidad líder en el Ejército de Capacidades no letales, lo que implicará un esfuerzo formativo y de práctica con demostradores de empresas para valorar las opciones más interesantes para el Ejército. La incorporación de 100 soldados de nuevo ingreso y su integración en la unidad será otro reto importante a abordar. Todo este trabajo ha dado el fruto de haber recibido el Premio Extraordinario del Ministerio de Defensa 2019. Una satisfacción para todos.

¿Qué consejos le dará al nuevo comandante general?
—Dice un refrán que ‘cada momento tienen su afán'. Yo he vivido unas circunstancias y he obrado en conciencia como mejor creía que sería bueno para Baleares y para el Ejército, y a mi sucesor le tocarán otras similares pero distintas. El general García Blázquez tiene la experiencia y capacitación suficiente para distinguir unas de otras y adaptar el trabajo de la Comandancia a su propósito, con éxito.

¿Quiere añadir algo más?
—Nada más, solo quiero agradecer a todos los ciudadanos de Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera, su aprecio por el Ejército, su amistad y deferencia hacia este comandante general y desear que se sientan ahora más orgullosos que nunca de sus soldados y sus FFAA. Ha sido un honor haber podido formar parte de esta sociedad, de haber podido ayudar y que me permitieran compartir a su mesa un trocito de este gran mar que es la historia de estas islas. Mil gracias. Endavant, sempre endavant!