Cuando uno lee esto en Baleares, en España o en Europa se tiene que quedar inevitablemente traspuesto. ¿Esto es verdad? ¿Hasta los corresponsales españoles mienten? Sólo nos queda el consuelo de decir, con ese aire de superioridad de los que no nos equivocamos nunca, que en China no se respetan las libertades. Sugerimos de esa forma que al Gobierno chino le da igual todo. «Eso no podría ocurrir nunca en una democracia», decimos, para explicar la distancia entre ellos y nosotros.
En China, durante los primeros cinco meses de 2020, el Gobierno hizo y deshizo con una contundencia extrema. Mientras nosotros, en Europa, negábamos que el virus nos fuera a afectar porque teníamos protocolos para todo, ellos eran contundentes. El problema es que en Europa, diez meses después seguimos con severas prohibiciones para viajar, con confinamientos perimetrales; no podemos reunirnos en nuestras casas con más de cinco personas, ni siquiera por Navidad; tenemos los horarios para salir a la calle limitados por el toque de queda como en la guerra, en muchas situaciones debemos presentar un test que hemos de pagar de nuestro bolsillo y hasta hemos bloqueado países, provincias y ciudades enteras. Hace ya diez meses que no tenemos atención médica primaria al uso y seguimos obligados a usar la mascarilla. Encima, el régimen sancionador en vigor desdibuja las diferencias entre la democrática Europa y la China dictatorial.
La única diferencia que veo entre lo que ha ocurrido en China y lo que sucede en Europa es que allí, al menos, sus medidas han servido para recuperar la normalidad. En apenas cinco meses, tras un tratamiento infernal, el país pudo volver a la calle. En cambio, en Europa, diez meses después, ni tenemos salud, ni tenemos economía, ni tenemos libertades. Hemos conseguido lo peor: arruinarnos y encima morir como moscas. La única perspectiva de solución de nuestra crisis ahora mismo es la vacuna.
A mí hay algo que me llama mucho más la atención que lo anterior: la sociedad europea, nosotros, los medios de comunicación, quienes tienen peso y relevancia, no estamos preguntando a los gobiernos qué está sucediendo, por qué estas diferencias brutales en los resultados. Por qué nosotros, diez meses después, sufriendo restricciones que más o menos se pueden comparar con las que sufrieron los chinos, seguimos ahogados en virus, mientras ellos ya están en la normalidad. Somos una sociedad democrática, pero no nos atrevemos a hacer las preguntas pertinentes, mientras acusamos a los chinos de ser una dictadura. Extraña situación la nuestra, incapaces siquiera de preguntar a nuestros líderes por qué han (hemos) fallado.
Tan convencidos parecemos estar de nuestra superioridad, que nos permitimos el lujo de no mirar a los demás. Porque la diferencia no sólo es a favor de China. Ahí está Tailandia y Vietnam: en ninguno de los dos casos prácticamente tienen virus. En Tailandia, con 65 millones de habitantes, han tenido 4.261 infecciones y 60 muertes. Es cierto que han cerrado el país a cal y canto, pero han salvado a su población. Nosotros, al final, también hemos cerrado Europa, pero tenemos centenares de miles de muertos. Vietnam, con 97 millones de habitantes, supera a Tailandia con apenas 1.405 contagios y 35 muertes.
Podríamos no ir tan lejos: Noruega o Finlandia han sido igualmente contundentes en el cierre de sus fronteras, pero han conseguido resultados: menos de mil muertes desde el inicio de la pandemia, sumando a los dos países.
Las medidas aplicadas en todos estos países tienen en común la existencia de un fuerte liderazgo y claridad de objetivos. En España, que no se ha diferenciado de Europa, primero nos centramos en preservar la salud, después en la economía; al principio con mando único, después con diecisiete; ora abrimos fronteras ora las cerramos; un tiempo con guantes, después con mascarilla; primero a metro y medio, después aislados; un tiempo confinados, después sin fumar.
Los europeos, cuando dejemos de mirarnos a nosotros mismos, podremos comprender que algo está fallando con nuestros gestores, con nuestra capacidad para abordar problemas complejos, incluso con nuestro debate público. Me da que el virus no ha hecho más que subrayar una carencia evidente en nuestro continente: estamos en decadencia. Y España, probablemente, sea la hipérbole de esta situación.
12 comentarios
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Una profunda reflexion que todos deberian abordar.Muy dificil para una sociedad que solo piensa en el dia a dia y politicos que solo trabajan para permanecer en sus cargos ya sea para sus propios negocios o por mantener su poder.
Lo que ayudó a China a detener el virus es que cuando Xi Jinping ordena cerrar herméticamente una ciudad de 40 millones, nadie llora por la libertad: los que se quejan desaparecen para siempre. Es una forma eficaz de detener una pandemia. La pregunta es: ¿queremos un gobierno así en España? ¿Un gobierno que les quita todos los derechos a sus ciudadanos? ¿Perder nuestra libertad personal y convertirnos en nada más que una simple oveja entre las otras ovejas? Para mí es una elección fácil: prefiero sufrir una pandemia y dificultades que estar a merced de un solo hombre que decida mi destino como ser humano.
Lo que ocurre y ha ocurrido realmente en China no lo sabemos. Que hay de los periodistas y médicos desaparecidos, encarcelados y posiblemente eliminados. Como a todo regimen comunista, el pueblo les importa bien poco. Alguien puede creerse que hayan cerrado el país y la economía con miles de millones en perdidas por solo 40.000 muertos. Probablemente la cifra de muertos en China se acerque al millón y creer lo que el regimen comunista chino nos diga es una cuestión de fe.
Gran artículo! aquí seguimos pelenado y sin decidirnos entre economía y salud, cuando es un todo indisoluble. mejor medidas realmente contundentes y eficaces unos meses ue años con medias tintas que no procuran salu ni evitan la crisis. Ante un cáncer potencialemnte mortal y que no te permita trabajar, lo primordial es elegir el tratamiento más efectivo y lo más pronto posible que estar con algo que ni te cura y te obliga a estar de baja o sin poder rendir durante meses y meses (años)
De los chinos no me creo nada. Ellos han creado o propagado el virus, pero no están a la altura de las circunstancias para ayudar al resto del mundo. Al revés, se benefician fabricando, y vendiendo, mascarillas en cantidades industriales. Y nunca tan bien dicho. ¿Cuántas vacunas han facilitado a naciones que tanto las necesitan?. ¿Han ayudado a fabricarlas?. No. Lo mío, y lo tuyo, para mi.
"Mientras nosotros, en Europa, negábamos que el virus nos fuera a afectar porque teníamos protocolos para todo, ellos eran contundentes. " Nosotross....no. el que lo negaba era el gobierno de España.
Por mal que suene, para casos urgentes que requieren de acciones rápidas y contundentes, la democracia es el peor sistema posible. Unos haciendo política con los fallecidos, otros diciendo que cerrar fronteras es racismo, otros pasándose la pelota entre gobierno estatal y autonómico con tal de escurrir el bulto. Y mientras tanto, parte de la ciudadanía pasándose cualquier medida por el forro porque aquí las leyes benefician siempre al infractor... al final los ciudadanos honrados tenemos que pagar doble: una vez por los políticos que un día dicen "a" y al siguiente "b", y otra vez por los ciudadanos irresponsables que se creen que sólo tienen derechos pero no obligaciones.
Tenemos un GOBIERNO IGLESIAS-SANCHEZ que NO asume sus RESPONSABILIDADES.....Se lo endosa a las CCAA y estas NO están dispuestas a TOMAR LA IMPOPULARES MEDIDAS NECESARIAS.....Por tanto a faltado INTELIGENCIA,VALENTIA,ETICA y UN EQUIPO CIENTIFICO de SABIOS....No podía pasar de otra manera, LO LAMENTABLE es que éramos MUCHOS los que ya avisábamos que esto podía ocurrir, por tanto me imagino que en los GOBIERNOS también....Pero NADIE EXCEPTO UNO EN MADRID ha DIMITIDO. La JUSTICIA y la HISTORIA los juzgará la Sociedad ya lo está haciendo.
No se si podemos hablar de decadencia. De lo que sí estoy seguro es de que los chinos no son más estrictos que los españoles en su forma de comportarse. Cualquiera que haya estado en China sabe que las normas de circulación, por poner un ejemplo, se incumplen de forma sistemática. Y si hablamos de los afincados en Baleares y sus negocios, podemos decir que son cuanto menos turbios. Lo que sí creo que hay es un control gubernamental y sanciones en temas importantes, algo que no hay en Baleares, por ejemplo. Si dejas de sancionar vehículos estacionados en doble fila, con exceso de velocidad, conductores que se saltan semáforos en rojo sistemáticamente, gente que va en bicicleta o patinete eléctrico por las aceras poniendo en peligro a los peatones, y un largo etcétera, generas una corriente de pasotismo total en la población, que no va a cumplir norma alguna. Creo que si no se sancionan determinadas actitudes, nunca llegaremos a nada como sociedad.
Si mal no me equivoco España es el único país en Europa de tiene comunidades autónomos. (Que nos cuestan un dineral!) Y así nos va porque cada presidente y gobierno autónomo hace que le de la gana. Después el Gobierno se desentiende..... Bueno... no del todo pero en grandes rasgos si. Y así estamos. Baleares está, en este momento, entre los tres peores con casos de Covid. Tampoco vacunamos en fiestas y fines de semana. Tenemos un aeropuerto en el cual se hacen controles esporádicos a los que llegan.... Tenemos un déficit de policía. China, Tailandia y Vietnam: nuestros países que no son de nuestro "agrado" están de nuevo en la normalidad de hace meses. Europa, salvo algún que otro país, va de cráneo y va cada día peor. USA peor todavía. "Libertad" no significa que todo está permitido... Hay que seguir instrucciones por el bien común. Aquí solemos mirar nuestro propio ombligo y que al vecino le parte un rayo. Sacad vuestras conclusiones. Gran articulo, Sr. Mato.