Un ejemplo de aulas llenas de alumnos siguiendo una clase por plataformas virtuales desde ‘tablets’. | Efe

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«Estudiar el pasado para pronosticar el futuro». Esta teoría del pensador chino Confucio sirve para desvelar el truco para no caer en la misma piedra. Se sabe que en España los efectos negativos tras una crisis vuelven a brotar con la siguiente. Y así sucesivamente.

Desde la Fundación Pere Tarrés analizan la crisis actual y los efectos de la pandemia en el sistema educativo y económico. La brecha digital y la desigualdad laboral marcarán el futuro post-COVID. Los expertos señalan la necesidad de una transformación completa en todo sistema laboral, social o económico para salvar el futuro.

Cambios

«Los gobiernos tienen la mala costumbre de impulsar políticas o acciones para que las personas se adapten a ellas, cuando debería ser al revés». Desirée Garcia, directora del posgrado de Inserción Laboral de Pere Tarrés, destaca dos grandes cambios en el modelo productivo. Primero, que sean las instituciones que empiecen a adaptarse a las personas. Segundo, conseguir erradicar la brecha salarial, un síntoma que ha resaltado mucho en esta crisis. «Si ya teníamos desigualdad, ahora nos sumamos a que la gente pueda o no hacer videollamadas, tenga o no dispositivos en casa, o que incluso no sepa utilizarlos». Es por eso que recuerda que «lo modelos híbridos han venido para quedarse, por lo que las instituciones deberán darse cuenta que los más vulnerables serán los más afectadas de estos nuevos modelos».

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Maribel Trujillo, directora de la delegación de la Fundación en Mallorca, añade otra preocupación y es la del sistema profesional y educativo. «La brecha digital también es una realidad en la educación. Con esta crisis, nos hemos encontrado muchas familias sin recursos digitales para que sus hijos continúen las actividades del colegio».

Trujillo añade también que «el mundo de la ocupación va mucho más rápido que el mundo de la formación profesional. El sistema educativo siempre tiende a ir detrás». Con esto matiza que las necesidades que han surgido con la pandemia han creado nuevas posiciones en el mundo laboral. Por lo tanto, explica que «no debemos ser reactivos para así estar preparados a lo que venga». Ser visionarios, dice, no es fácil, pero algunos sí lo están siendo, «así que no dejemos de atender esos estudios, investigaciones o ideas». En sintonía, Desirée García menciona: «El Estado deberá estar muy atento a los nuevos trabajos que surgirán».

Educar en casa

Otra de las claves que avanza Maribel Trujillo tras profundizar y conocer las situaciones familiares durante y tras el confinamiento es que «se ha de educar a las familias para que la educación llegue a los menores». Es la otra gran brecha que señala, es decir, la que hay entre «la cultura familiar y el sistema que tenemos», esto es, «algunos padres no se dan cuenta de lo importante que es acompañar al menor en su actividad escolar. Es algo que hemos intentado hacer desde la Fundación y que hemos intentado mantener».