El pronunciamiento del Consejo Interterritorial a favor de recuperar progresivamente la actividad de un sector que ha sufrido el cierre total desde el confinamiento de marzo de 2020 se antojaba un preciado balón de oxígeno; sin embargo poco duró la alegría, y este viernes la consellera de Salut, Patricia Gómez, ha remarcado que las Islas «se juegan mucho» con el inicio de la temporada turística, por lo que por ahora no permitirá su regreso. Pocas horas antes, la presidenta Francina Armengol tan solo corroboraba el trabajo que se está realizando con el sector en los protocolos de seguridad para que la reapertura «sea lo más pronto posible».
Uno de los argumentos expresados por el Ejecutivo es el peso relativo de este sector de la hostelería, mucho mayor que el que representa en otros territorios que sí ven con buenos ojos el regreso con matices de pubs y discotecas. Sin embargo, la patronal balear confía que la prueba piloto proyectada en un local de Mallorca y de Ibiza sirva como piedra de toque para avalar algo que llevan tiempo esgrimiendo; que pueden cumplir las medidas sanitarias y con ello evitar una reactivación de los contagios.
Qué sabemos de esas deseadas pruebas piloto. El escenario se plantea aun con flecos por perfilar, por ejemplo en el caso de Mallorca, donde no está claro cuál será la sala escogida para demostrar al Govern que es posible una reactivación de la actividad con todas las garantías. Probablemente se elija una sala mediana con un aforo de 300 personas, en el cual se podrán probar los protocolos sanitarios.
Por su parte, la patronal ibicenca ha puesto encima de la mesa dos locales como posibles ubicaciones del examen: el Ushuaia y el Hard Rock Café, en ambos casos con exteriores y amplitud suficientes para ubicar las zonas de baile con mascarilla, expedición de bebidas y área de consumo.
¿Cuándo se llevaría a cabo? Dicha prueba podría celebrarse entre los últimos días de junio y los primeros de julio. La intención es no demorarse demasiado, con el objetivo de poder retomar la actividad en los locales nocturnos baleares durante el mes de julio.
De este modo, el patrón que seguirá la desescalada en el sector del ocio nocturno será previsiblemente el mismo que se marcó en su momento en la hostelería, con un primer paso donde solo se podrá operar en exteriores y, si los datos epidemiológicos así lo recomiendan, se abrirá progresivamente el espacio interior.
La intención es evitar algo similar a lo sucedido el año pasado, cuando abrieron terrazas con restricciones de aforo y los negocios con licencia de actividad de bar, cafetería y restaurante podían acoger clientes en su interior, todos sentados, con distancia y mascarillas, hasta que pocas semanas después la evolución de la pandemia en las Islas llevó a las autoridades a cancelar el regreso del ocio nocturno.
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Pendientes de que dirán los hoteleros querrán decir.