Fallece el abogado y empresario Damián Barceló Obrador. | M. À. Cañellas

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Este miércoles falleció en Palma, a la edad de 96 años, el abogado Damián Barceló Obrador. Nacido en 1925 en s'Alqueria Blanca (Santanyí) es el prototipo de un triunfador a base de esfuerzo personal. Hijo del cartero de Santanyí, tuvo sus primeros ingresos con el reparto de correspondencia, pero tras licenciarse en Derecho abrió un influyente bufete en Palma desde el que colaboró con importantes empresas, en especial del sector turístico como la cadena Meliá y en otras asesorándolas en inversiones en diversos países sudamericanos. Promotor, junto a Jeroni Albertí, del IBEDE fue profesor de Economía Política y Hacienda de la Universidad de Barcelona.

Aficionado a la literatura, es autor de diversos libros y también ostentó la representación consular de Austria –fue amigo personal del canciller Kreisky– y Costa Rica en Balears. También mantuvo un discreto papel durante la Transición como correo entre don Juan Carlos y la Internacional Socialista. En la actualidad era el principal accionista de Destilerías Suau.

En una entrevista concedida a nuestro diario declaró que «yo le debo muchísimo al Rey y a Bruno Kreisky», una conversación en la que aseguraba que su deseo al morir era de que «me incineren y esparzan mis cenizas aquí, en Son Danús».

De hecho, en su esquela, el propio Barceló se presenta como abogado «i l'amo de Son Danús», una finca situada en el término de Santanyí donde pasaba largas temporadas entre sus múltiples viajes, una afición que mantuvo hasta el último momento.

Con él desaparece una de las figuras clave del desarrollo empresarial y de la expansión internacional del sector turístico de Mallorca.