El informe apunta a deficiencias en la depuradora de Emaya. | M. À. Cañellas

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El agua procedente de las depuradoras de Palma que se acumula en la balsa de Can Guidet para el riego de terrenos agrícolas del Pla de Sant Jordi, la mayor zona cultivable de la capital balear, presenta niveles de contaminación superiores al límite legal, según la Fiscalía de Medio Ambiente. En el mismo informe en que se expone la contaminación por aguas residuales de la bahía de Palma, la unidad técnica de la Fiscalía señala además que el agua de riego proveniente del sistema de depuración de la capital balear podría suponer un riesgo para la salud humana.

La balsa de Can Guidet está a unos 3 kilómetros de la segunda estación depuradora de aguas residuales de la ciudad (EDAR 2), de la que recibe aguas con tratamiento secundario y terciario que se dedican en épocas de escasez de lluvias al riego de los campos del Pla de Sant Jordi. En invierno, la mayor parte del caudal de las dos depuradoras de Palma se vierte al mar, mientras que en verano se desvía principalmente a la balsa de riego. En el informe entregado por la Fiscalía al juzgado de Instrucción 12 de Palma, que desde 2018 investiga posibles responsabilidades penales por la contaminación causada por las aguas residuales, se pone de manifiesto el incumplimiento frecuente de la normativa.

Según los datos aportados al ministerio público por la empresa municipal Emaya, responsable de la gestión del agua en Palma, entre 2014 y 2018 la media anual del grado de vulneración de los límites legales se sitúa en el 5 % tanto en concentración de bacterias Escherichia coli como en sólidos en suspensión. El informe concluye que, en particular en verano, «se genera un riesgo sobre la salud humana, debido a su utilización para riego de cultivos a pesar de la enorme contaminación».