Se inició a las seis de la tarde, encabezada por cuatro jinetes de las Sección Montada del Ajuntament de Ciutat y faltaron los ya míticos Tamborers de la Sala. El itinerario discurrió por: Sant Jaume, Joan Carles I, Born, San Feliu, Sant Gaietà, Ca n'Asprer, Jaume III, Baró del Sant Sepulcre, Bonaire, y Concepció. Encabezó el cortejo la hermandad Humildad y Paz, que portó su precioso paso de palio de la Virgen de la Paz, presidido por miembros de la Hermandad de Veteranos de las FAS y de la Guardia Civil. Este y el de Jesús del Buen Perdón, al ir a costal, propició que fuera lenta y hubiera paros en la comitiva debido a los descansos que estaban acordados. A pesar de ello, la gente aguantó para ver el cortejo. La cofradía Santa Mónica, que este año cumple sus bodas de plata, desfiló con su paso Jesús camino de Getsemaní, heciendo una breve parada frente a la casa Madre de las Agustinas del Amparo, en la calle Sant Gaieyà donde esperaban las monjas.
La música
No fue procesión de muchas bandas, pero las participantes, Filarmónica Porrerenca, Redención Virgen del Mar y Dolores de s'Indioteria, interpretaron bellas marchas procesionales. Los monaguillos, que en esta ocasión llevaban mascarilla, disfrutaron repartiendo estampas , y carmelos con su envoltorio. Los miembros de la junta gestora de las cofradías lucieron en sus varas cintas color amarillo y azul por solidaridad con Ucrania. Cerró la procesión la cofradía anfitriona de Santiago, con todo sus cofrades, miembros de la junta y el sacardote de la iglesia greco católica de la comunidad ucraniana de Mallorca, Iván Milán.
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