¿Por qué las memorias son un «mal necesario»?
—Es un libro imprescindible, de primera línea y muy citado en estudios de la Segunda República y los años veinte. He recibido críticas por el prólogo, pero hay que cuestionarlo todo. Es muy ingenuo pensar que lo que cuenta es una fiel representación de la realidad que vivió.
Aun así, le atrae su figura.
—Los obreros autodidactas me fascinan. García Oliver dejó con doce años la escuela y se convirtió en alguien con una cultura descomunal. En el libro se muestra como un gran escritor; hay gente que ahora no llega a su nivel. Defendía la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) incluso con la pistola, arriesgando todo. Era valiente. De oficio fue camarero y siempre trabajaba en restaurantes y hoteles de lujo. Se relacionaba mucho con gente de clase alta y, escuchando según qué conversaciones, fortaleció su nivel cultural y su odio de clase.
¿Cuál fue su mayor contribución como ministro de Justicia?
—La creación de un nuevo sistema de tribunales para intentar terminar con las sacas y la represión desmedida es un legado importante. Hubo anarquistas radicales que protegían a gente religiosa, incluyendo a curas, pero también a personas de derechas. Joan Peiró formaba parte de una red de evasión que se extendía a lo largo de la costa catalana hasta Francia y en 1940, cuando el franquismo lo ejecutó, muchos falangistas y religiosos le defendieron sin éxito. La mayoría de la represión fue callejera, no hay pruebas que desde el Comité de Milicias Antifascistas o el Ministerio de Justicia estuviera involucrado. Si podría haber hecho más, no lo sé. Pero el anticlericalismo es muy anterior a García Oliver y que la Iglesia apoyara a Franco no ayudó.
¿Qué papel jugó en la guerra?
—En la defensa de Barcelona luchó en la calle y mostró tener sangre fría. No le importó su seguridad, incluso cuando su íntimo amigo Francisco Ascaso murió a su lado de un tiro en la cabeza. Los anarquistas tenían su proyecto político, contra los patronos y el Estado, pero no iba dirigido a destruir la República. Se movilizaron contra el golpe de Sanjurjo, en 1932, y luego en 1936. La CNT entendió la necesidad de un antifascismo al ver cómo avanzó el nazismo.
¿Por qué la derecha y la izquierda ocultan el pasado anarquista?
—La CNT fue el movimiento anarcosindicalista más potente en el mundo, pero su historia se ha marginado. Con los Pactos de la Moncloa hubo una confluencia interesada en silenciarlo. Luego vino el caso Scala, que identificó a la CNT con terrorismo.
¿Qué aporta hoy este libro?
—Muestran que los que luchaban por un mundo mejor eran gente corriente, con familia. Contrasta con la leyenda negra del anarquismo. La fundación FAES patrocina historiadores muy mediáticos que siguen con el rollo del anarquismo criminal, pero el libro muestra que no era así, que era algo muy básico en la vida de miles de personas.
14 comentarios
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AngelcaídoA) és una obvietat que no aporta res. B) i C) Quina part de la notícia ho demostra?
Lluis Companys, un genocida elevado a mártir por el independentismo.
Ya... y ahora el señor Chris Ealhames, cribirá otro libro, en donde dirá, y jurará, que Durruti, el que lideró su famosa columna, no mató ni una mosca en toda la guerra civil. Por cierto, un detalle curioso de la historia, es que Franco en gran medida ganó la guerra civil, gracias, a que en Barcelona, había otra guerra civil entre anarquistas, socialistas y comunistas. Tras el inicio de la guerra en 1936, después de encarcelar, torturar y asesinar a todo sospechoso de ser monarquico, católico, o pequeño empresario, o de tener algún vínculo (padre, hermano, o pariente lejano) con lo que denominaban "derechas", los llamados anarquistas, se dedicaron a matarse entre ellos mismos. De hecho, a quienes afirman, que los líderes anarquistas, fueron los que fusilaron a más anarquistas entre sus propias filas, por ser supuestamente desertores o suspuestos espías. En fin, por más que nos quieran vender que el anarquismo es algo bonito, no lo es, y es un total insulto a las miles y miles de victimas de esa ideología genocida, cuyo lenguaje era el de las bombas y los asesinatos.
Serían la excepción. La regla era el asesinato brutal e indiscriminado.
Al igual que hubo nacionalistas que protegieron a republicanos...es una guerra civil señores,ni unos eran tan buenos ni los otros tan malos. Los dos cometieron atrocidades pero en los dos bandos hubo gente buena. FIN
El anarquismo de la época fue revolucionario y resistente. No fue totalitario. Sí fue contradictorio...inevitablemente contradictorio.
¿A qué coste se protegió?. ¿Cuanto se embolsaron los camaradas de sus víctimas?. Ruego la lectura de "la otra memoria histórica" de Miguel Mir y Mariano Santamaria. Que les sirva para reflexionar.
Bueno el reconocer que los había que protegían es prueba de que otros los mataban.
Hombre, lo que realmente ocurrió es que entre comunistas, anarquistas y socialistas mataron a más de 8.000 religiosos. El resto son inventos para blanquear a los criminales.
Si los comunistas hubieran ganado la guerra, hubieramos acabado como otro satélite más de la Unión Soviética a las órdenes del camarada Stalin.