Hasta nueve de los doce acusados de desorden público por una acción contra la saturación turística han negado este lunes en la primera sesión del juicio haber estado en el lugar de los hechos. | Teresa Ayuga

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Hasta nueve de los doce acusados de desorden público por una protesta contra la saturación turística convocada por la organización independentista Arran delante de un restaurante del Moll Vell de Palma en 2017 han negado este lunes en la primera sesión del juicio haber estado en el lugar de los hechos. Dos de ellos han presentado pruebas, que han sido admitidas por el juez, de que en ese momento estaban en Tarragona. Una es la encausada a la cual se le pide la condena más alta, de 4 años de cárcel. Otros inculpados se encontraban en la isla, pero lejos de Ciutat. En total, las condenas propuestas suman hasta 29 años de prisión.

«Estaba en una feria de Manacor vendiendo queso», ha explicado uno de los procesados, mientras que otra acusada ha asegurado que se encontraba en Montuïri. «Estuve toda la tarde en un acto en el jardí d'Epicur», ha afirmado otro procesado, que además ha dicho que no conocía al resto de acusados hasta el inicio del proceso. «Solo conocía a alguno, pero de vista», ha puntualizado. El jardín al cual se refería fue un huerto urbano ubicado en un solar propiedad de un banco que fue ocupado por activistas.

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Algunos de los acusados han dicho que tampoco han formado nunca parte de la entidad independentista: «No tengo ninguna vinculación con Arran; me habrán confundido con otro porque ese día estaba en la Colonia de Sant Pere con mi pareja», según ha explicado otro procesado. Los acusados que defienden no haber participado en el acto de Arran han sido llamados a juicio porque uno o varios testigos aseguraron haberlos visto en el lugar de los hechos. El abogado de algunos de los procesados, Josep de Luis, ha explicado que los testigos que les identificaron delante de la policía eran camareros, clientes y marineros. Según De Luis, «no deja de ser curioso» que cada acusado haya sido únicamente reconocido por un testigo.

Sobre la imputada a la cual se le piden más años de cárcel, el abogado ha destacado que han sido capaces de identificarla alegando que «llevaba un disfraz para dificultar su identificación». Sin embargo, ha reiterado que ese día se encontraba en Tarragona con su pareja, y que tiene cargos en la tarjeta de crédito por haber puesto gasolina en Catalunya. «Hay testigos que dicen que al lugar de los hechos acudieron guardias civiles, pero no hay ningún informe de este cuerpo», ha continuado De Luis, y se pregunta por qué no hubo detenciones in situ, habiendo unas dependencias de la Guardia Civil justo al lado. «Tendrán que explicar por qué empezaron a investigar más de veinte días después», ha concluido.

De los tres que han admitido haber participado en la acción de Arran, uno ha explicado que lo hizo como periodista del digital Dbalears. En ningún caso hubo violencia ni se rompieron objetos, como mesas o sillas. Uno de los dos que han confesado que fueron ha reconocido que pagó una multa de 600 euros para «ahorrarnos problemas». Tras hablarlo con su familia, decidieron acogerse a una reducción de la sanción que le fue impuesta el día de acción de Arran por parte de un agente.