Recuerda con detalle la fecha en que «la espalda me hizo crac». Era 8 de febrero de 2018 y el dolor se trasladó a la pierna izquierda. «Nadie sabe lo que he sufrido desde entonces», asegura mientras apoya la cara entre sus dos manos. Ha perdido la cuenta de la cantidad de veces que ha tenido que acudir a Urgencias desde entonces y el proceso siempre ha sido el mismo, pastillas o inyecciones para el dolor y «pida usted cita con su médico de cabecera», le decían. Y de allí, otra vez a los especialistas.
En su haber está Traumatología, Psiquiatría, la Unidad del Dolor o Neurocirugía. En la actualidad, «vivo drogada las 24 horas para evitar el dolor», cuenta. Pero eso no es vida. El problema es que a pesar de pasar de una consulta a otra, con una pandemia de por medio, nadie le ha sabido decir, todavía, qué tiene exactamente y «ya no sé a qué puerta llamar».
En el año 2018 fueron apareciendo nuevos dolores, en concreto, en el codo derecho. «El médico me pidió una resonancia pero no me quiso poner una infiltración porque ya me había atendido por una cosa y se ve que no hacía 2 por 1», relata ahora. Indignada, pidió un cambio de especialista.
«El verano de ese mismo año, para poder comer, hice de peón de albañil con todo el dolor. Tenía que subir las escaleras de casa a gatas», recuerda. Poco después consiguió trabajar en un taller de confección. La cosa pintaba mejor pero el nivel laboral resultó demasiado extenuante. «Mis compañeros sufrían al verme, así que también dejé de ir», añade.
Sin embargo, la cuota de la hipoteca sigue llegando cada mes y dejar de trabajar no era una opción. «Me hice controladora de la ORA en el Port d'Andratx y aguanté dos días. Era como un Robocop», añade. Le dieron una baja laboral y su caso pasó a la mutua. En noviembre de 2019 le hicieron, finalmente, una resonancia.
«El neuocirujano me dijo que la espalda estaba mal pero que podía aguantar unos años antes de operar. Fue una visita de dos minutos», explica Mercedes Bernad. Desde entonces, ha conseguido que le hagan infiltraciones en la columna que le alivian el dolor durante dos meses pero luego regresa y con él vuelve la incapacidad de llevar una vida normal. «Soy como una bomba de relojería. Contesto mal a la gente, grito... Y ésa no soy yo. Es la rabia que tengo», cuenta mientras muestra las varias quejas que ya ha formalizado ante el sistema sanitario.
Palabras de agradecimiento
Para quien tiene palabras de agradecimiento es para su doctora de cabecera, del centro de salud de Andratx. «Ella está pendiente de mí, de que me vean». De momento sólo intuye que tiene lumbalgia crónica, de ahí que volvieran a derivarla al neurocirujano. En todo este proceso, que dura ya seis años, ha ido incrementando la medicación. Lleva un año y medio sin apenas ingresos. Vive de una pensión de viudedad y del trabajo de su hija, que todavía no puede pensar en independizarse pero sabe, y reivindica, que «así no puedo estar más».
11 comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
es lo malo se esperar consejos , ayuda . siempre hay personas buenas y malas . acostumbrarse a escuchar de todo. q hay cada gente...
Tengo un problema parecido y con operaciones y la impeccion médica me resolvió apto para seguir con 58 años como albañil. Así funciona esto.
XSí, es complicado! No se puede responsabilizar a los demás, no creo que eso le ayude! Creemos que somos divinos pero la salud es frágil, no es un derecho, es la vida misma!
CatY de qué va a vivir esta mujer, del aire? O trabaja o recibe una pensión, pero ninguna de las opciones no puede ser. Despertad
Porqué no investigan la deficiencia que hay en el ámbito de la salud mental, o en las clínicas del dolor, que uno se pasa meses esperando una cita?
Como que no entiende lo que le pasa?no le han dicho en el 2016 que tiene una hernia ? Es normal que le duela… tiene dos opciones:o se arriesga a que la operen,que puede quedar bien o no, o se lo aguanta…. Y si no quiere estar delgada las 24hs, que deje de tomar calmantes… pero el dolor no se le va a ir(con la medicación tampoco ) lo que le aconsejó es que no tome opiáceos, xq no solo que no se le irá el dolor,sino que terminará en una adicción muy difícil de superar. Y hay que ser fuerte en esta vida… a todos nos ponen pruebas. Lo que realmente no entiendo es que habiendo cosas importantes que contar,irregularidades, corrupción delitos, en última hora gasten recursos en poner a alguien a redactar algo que es sentido común. A la señora le apareció una dolencia, la diagnosticaron, le recomendaron que hacer y que no para no agravar su situación, por h o por b no hizo caso… son consecuencia…. No? Espero que su situación mejore, de corazón.
Molta força i sort a aquesta senyora. I és que a Mallorca tenim molts de metges traumatòlegs i especialistes en dolor, però molts pocs son bons profwsdionals i ténen paciència, perque en hi ha, que pareix que els molesten els pacients crònics carregats de dolor que acudeuxen a les seves consultes, donant-se aquest fet tant a la sanitat pública com a la privada. Així que no queda més remei que cuidar-se un mateix i si l'economia ho permet, confiar en altres professionals sanitaris amb títols oficials i autoritzats, com puguin ser els fisiotetapeutes i osteòpates, que ténen tècniques que aminoren el dolor i milloren la movilitat.
@Edu, totalmente de acuerdo. En medicina no hay varitas mágicas ni dos por uno. No es lo que usted se imagina! La responsabilidad del paciente es cuidar su salud. Veo que ha ido saltando de trabajo, normal, con su lesión pero a mi me caería la cara de vergüenza de trabajar dos días y cobrar del resto de ciudadanos. Todo tiene precio en está vida!
Quines opinions més dures, ànims senyora. Ojalá tots ens poguéssim pagar es metges d'en Rafael Nadal. A la resta només queda aguantar.