El 'cabot' es un pájaro insectívoro que sitúa sus nidos bajo los voladizos de tejados y en otros lugares protegidos de las fachadas. | GOB

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Los voluntarios que han colaborado con el grupo ornitológico GOB en el censo de nidos de avión común o «cabot» (Delichon urbicum) entre junio y julio han contado 1.643 en los 16 pueblos y ciudades de Mallorca estudiados, de los que 1.316, el 80,1 %, se comprobó que estaban ocupados en el momento del recuento.

El censo de este tipo de golondrina de pequeño tamaño se ha hecho en el marco del «Programa Golondrinas» creado por el Instituto Catalán de Ornitología (ICO) e impulsado en Mallorca por el GOB, en Artà, Banyalbufar, Calonge, Esporles, Felanitx, Inca, Llucmajor, Palma (parcial), Pollença, Puerto de Pollença, Puigpunyent, s'Arenal, Sant Joan, Santanyí, Son Servera y Villafranca. Entre los núcleos urbanos censados supera el centenar de nidos Palma (406, aunque el recuento es incompleto), Artà (282), Inca (178), Felanitx (146), Puigpunyent (126) y Banyalbufar (125).

Aparte de los núcleos urbanos censados, este año, en Mallorca se han localizado colonias de «cabots» en muchos otros lugares, que el GOB confía en poder contabilizar en los próximos años, para poder definir con más detalle la distribución y tamaño poblacional de esta especie en la isla. El «cabot» es un pájaro insectívoro que en primavera llega a las islas y mantiene colonias de cría en muchos pueblos y ciudades. Sitúa sus nidos, de forma esférica, bajo los voladizos de tejados y en otros lugares resguardados de las fachadas, y lo hace a menudo en colonias que pueden agrupar decenas o incluso cientos de parejas, recuerda el GOB.

Aunque originalmente la especie ocupaba los acantilados para nidificar, actualmente ocupa sobre todo los pueblos y ciudades donde encuentra mejores condiciones de seguridad frente a sus depredadores. Su alimentación es exclusivamente insectívora, y se ha calculado que cada ejemplar come aproximadamente unas 60 moscas y mosquitos cada hora (más de 800 insectos al día); con lo que esta especie ayuda a controlar las poblaciones de estos insectos en el entorno urbano. El GOB destaca que «es un caso claro de beneficio mutuo entre humanos y fauna silvestre».

Se trata de una especie protegida, y la destrucción de sus nidos y colonias es una infracción grave prevista en la Ley de patrimonio natural y de la biodiversidad, con una sanción de entre 3.000 y 200.000 euros según la gravedad del caso. El GOB se ha dirigido a los ayuntamientos que mantienen colonias, así como al Colegio Oficial de Arquitectos de las Islas Baleares, remitiéndoles un dossier informativo sobre la especie, su biología, estado de conservación y problemática, para que lo tengan en cuenta en los proyectos de reforma de inmuebles que mantengan nidos de esta especie.