De acuerdo con este informe, a finales de 2021, en el archipiélago balear había exactamente la misma proporción de personas jóvenes emancipadas que a finales del ejercicio anterior. Esta estabilidad en la autonomía domiciliaria de la población joven se produjo en un contexto en el que se dualizaron todavía más las condiciones de acceso al mercado laboral. En Baleares, la caída del empleo y el aumento de la temporalidad que se produjo entre la población no emancipada contrastaba con una estabilidad laboral creciente y una mayor inserción laboral de la población emancipada.
También, era especialmente llamativo que fueran cada vez más las personas jóvenes que trabajaban como técnicos y profesionales científicos e intelectuales (22,9 %) y, al mismo tiempo, las que se dedicaban a la hostelería (23,1 %). El mercado de la vivienda libre continuaba siendo prácticamente imposible para una persona joven. Únicamente con el aporte de su salario, una persona joven solo podría aspirar a una vivienda en alquiler de 25,1 metros cuadrados o una vivienda de compra de 36,9 metros cuadrados destinando, a lo sumo, el 30 % de su remuneración salarial neta.
El 15,6 % de los jóvenes en España vivía emancipado en la segunda mitad de 2021, lo que supone un ligero aumento de 0,7 puntos con respecto al primer semestre de ese año, pese a ello es una cifra aún lejana de la registrada antes del estallido de la burbuja inmobiliaria y lastrada por la diferencia entre el coste de la vivienda y la renta de la juventud. Son datos que se extraen del informe elaborado por el Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España (CJE), presentado este jueves y correspondiente al segundo semestre de 2021, que subraya que el perfil del joven emancipado no es tan joven, ya que tiene 29 años, cuenta con un salario un 28 % superior al resto, contrato indefinido y estudios superiores terminad
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