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Dos jueces tenían en 2015    muchas papeletas para encabezar la candidatura de Podemos al Congreso. Uno era el juez José Castro y el otro el juez Juan Pedro Yllanes. Los dos eran del agrado de Pablo Iglesias, que lo controlaba todo,    y los dos sabían de ese deseo. Fue el cine, una afición compartida entre Yllanes (Sevilla, 1960) y Alberto Jarabo, secretario general de la formación morada en las Islas entonces, lo que ayudó a cerrar su fichaje. Aunque eso supusiera apear del número uno de la lista a la candidata que había ganado las primarias, la hoy consellera de Agricultura Mae de la Concha. Juan Pedro Yllanes, que iba a ser el magistrado llamado a presidir el juicio del ‘caso Nóos’, sí se impuso en las primarias para liderar la lista al Parlament en las elecciones de 2019.

El resto de la historia, hasta ayer, es conocida: Podemos sacó un mejor resultados que Més y jugó mejor sus cartas. Luego se cruzó una pandemia por medio y, de la noche a la mañana, quienes se reían (un poquito en Més pero, también, un poquito en el PSIB) de la insignificancia de las áreas del partido morado (el equivalente a una conselleria de Comercio, se decía entonces, y una conselleria de Agricultura sin Medio Ambiente) vieron como el escenario cambió y los fondos europeos empezaron a apuntar a proyectos relacionados con la transición energética y otros sectores económicos que encajaban en la conselleria del vicepresidente. La presidenta Armengol remodeló el Govern en febrero de 2020 y, con el empujón de fontaneros de la comunicación podemitas y el empeño del juez en servicios especiales, empezó a ser visto como «lo más serio» de Podemos. Y todavía queda un área, Memòria    Democràtica, muy al gusto del votante de Podemos y fácil de vender a éste.

Llevaba meses dándole vueltas a la jubilación, también de la judicatura (a la que no regresará salvo para cerrar su retirada) y pidió que le dejaran administrar su marcha. Se hubiera entendido muy bien con Yolanda Díaz y hasta intentado una plataforma independiente sin siglas. Pero eso    (previsiblemente) no pasará.