El consumismo y los excesos se incrementan en Navidad. | @ mdjaff

TW
0

Los excesos son una de las características de la sociedad en la que vivimos y si hay una época por excelencia en la que estos son aún más abundantes es la Navidad. Niños y adultos hiperregalados, consumismo sin frenos... «Fechas como las que viviremos en estos próximos días nos ponen de manifiesto, más que nunca, que con menos podemos ser más felices, sobre todo porque lo que realmente echaremos de menos serán a esas personas que no están con nosotros», expone Marga Almarcha, coach personal y de salud.

«Es cierto que vivimos con un bombardeo continuo de información sobre todo aquello que parece que nos falta, que nos lleva a consumir más de lo necesario. Por eso estas fechas pueden ser un buen momento para valorar otras cosas más sencillas, que están a nuestro alcance y que no necesitan inversión alguna», declara.

La coach destaca que en el último mes ha estado muy presente en las redes sociales el término de 'niños hiperregalados', que no es más que colmar en exceso a nuestros hijos con regalos que, en muchas ocasiones, dejan de ser útiles en pocos días. En muchas ocasiones actuamos condicionados por la presión social, la publicidad, las comparaciones, etc.». Sin embargo, advierte que «lo que realmente necesitan nuestros hijos son menos regalos y más presencia. Aquí se pone de manifiesto que menos es más y que la vida tiene más sentido por su calidad que por su cantidad, ya que esto último no nos garantiza la felicidad».

Cómo conseguir aplicar el 'menos es más'

A su modo de ver, «el nuevo año nos puede dar la oportunidad de marcar como objetivo vivir desde el 'menos es más' y empezar a buscar un estilo de vida más minimalista donde prime centrarse en lo esencial, en lo que realmente importa descartando lo superfluo. En definitiva, supone desligarse de lo que consideramos 'normal', es decir, lo que nos han hecho creer hasta ahora las potentes estrategias de marketing».

Almarcha reconoce que «dar el primer paso a una vida minimalista supone un gran reto, que consiste en mucho más que hacer limpieza de armario o de un espacio de la casa en concreto. Se basa en reducir nuestro consumo a lo verdaderamente importante y a lo que necesitamos realmente, extendiéndose también a todas las parcelas de nuestra vida». Para lograrlo, propone los siguientes consejos:

Valorar el tiempo del que dispones y tienes. «El tiempo es un bien muy preciado que pasa y no se recupera y, aunque podemos ser conscientes de ello, en muchas ocasiones se nos olvida y pasamos los días trabajando jornadas interminables para poder adquirir otros bienes de consumo que, a priori son imprescindibles, cuando la realidad puede ser otra. Es importante, valorar si realmente merece la pena invertir tanto nuestro tiempo en eso o mejor utilizarlo en otras cosas que nos generen más bienestar, como compartir con la familia, con amigos…».

Comprar lo que se necesite y no como premio o recompensa. «Esas pequeñas compras que hacemos bajo la idea de 'me lo merezco' nos llevan a realizar un gasto innecesario y a acumular cosas que en el fondo no necesitamos».

No es necesario dejarse llevar por las modas. «Siempre va a ver alguien que tenga el último modelo de móvil, vaya a los mejores restaurantes, etc., pero la comparación constante nos puede llevar a trabajar más para conseguir aquello que anhelamos con las consecuentes obligaciones».

Desprenderse de lo que no se necesita. «Seguramente en casa estés rodeado de objetos a los que apenas prestes atención y no utilices, pero que los tienes por costumbre o cierto cariño. Pues es el momento de darles otra vida. Pasa a tener a mano lo básico y lo que realmente necesitas».

Empieza a llevar un control sobre lo que gastas. «Dejarse llevar por el consumismo reinante te hace gastar demás en muchas cosas innecesarias y no llevar un cierto control. Este estilo de vida te puede ayudar a concretar tus gastos y hacerlos más sostenibles».

La coach explica que «como seres humanos somos capaces de sacar el mayor rendimiento a todo aquello que nos proponemos, estamos en una constante búsqueda de mejora continua para disfrutar de la sensación de ser mejores, más felices y con mayor éxito… Sin embargo, por el camino se nos va lo más importante: el tiempo y cómo lo queremos aprovechar realmente. No se trata de pasar de un extremo a otro, si no de coger lo que nos sirva y vibre con nosotros de este estilo de vida minimalista para poder llevar una vida lo más coherente y sostenible posible con lo que queremos realmente». Para concluir destaca que «no es más feliz el que más tiene sino el que menos necesita».