La asignatura pendiente de la dirección general de Consum, tras la declaración de la pandemia, es la falta de presencialidad para que los ciudadanos se sientan atendidos en sus quejas. «Se está generando una brecha que aleja a la ciudadanía de sus derechos básicos en la que la Administración, sindicatos y trabajadores públicos tenemos que actuar. Consumo necesita ampliar competencias y tener personal suficiente para convertirse en una herramienta muy útil», ha señalado el titular, Félix Alonso, quien reconoce que la ventanilla única es, sobre todo, digital.
Son declaraciones hechas con motivo del Día Mundial de los derechos del Consumidor en el que se recuerda que la mayoría de las casi 7.500 quejas que se realizaron durante el año pasado fueron por asuntos relacionados con los transportes (1.436) y las compañías telefónicas y de internet (1.075), seguido de la electricidad (917). En 2022, además se retiraron del mercado 11.720 productos, la mayoría juguetes y disfraces infantiles peligrosos o que no tenían las suficientes garantías. Además, se efectuaron 3.848 inspecciones y se visitaron 969 establecimientos.
Alonso ha defendido las medidas que ha tomado el Gobierno para frenar la inflación que, ha recordado, está por debajo del resto de países de la Unión Europea. «Estamos para escuchar y ayudar», ha añadido la consellera de Salut i Consum, Patricia Gómez, que ha animado al «consumidor insatisfecho» a «presentar reclamaciones».
Por otra parte se han presentado los resultados del programa ‘Consumo para las personas mayores' , que se realiza en colaboración con el Institut Mallorquí d'Afers Socials (IMAS) y que ha permitido realizar acciones formativas a 250 personas. Durante la jornada se ha reconocido también el trabajo de las entidades Terra Nostra y S'Altra Senalla, con un galardón, por su labor en la difusión de los valores del consumo responsable.
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