Quien no ve del todo bien necesita llevar gafas; el que va cojo de una pierna usa muletas y los niños que nacen con una copia extra del cromosoma XXI requieren de otros tiempos de aprendizaje; de una ayuda adicional. Así se entiende la inclusión social, como una posibilidad de mejorar las oportunidades de quienes se encuentran en desventaja respecto al resto de la sociedad. Y ésa es precisamente la lucha de la familia de Ana Rubio, así como la suya propia. Tiene 7 años y nació con síndrome de Down.
Sin embargo no la diagnosticaron intraútero. «Para nosotros fue una sorpresa. La tuvimos en una clínica privada y, no sé si es por protocolo, pero me ofrecieron darla en adopción», relata su madre, Inés Martín. Fue un momento complicado para la familia, «recuerdo que yo lloraba pero la quise siempre. Es lo que me ha tocado. El problema son los mitos entorno al síndrome de Down, que parece que son un problema», prosigue. «La gente lo desconoce pero mi hija tiene buena salud. Parece que todos tenemos que venir cortados por un el mismo molde y ser estándar, pero somos humanos, hay que respetar la diversidad y los ritmos de cada persona», añade.
Ana va cada día al colegio ordinario porque es la mejor manera de integrarse y de adquirir los conocimientos propios de su edad. Estudia 1º de Primaria pero «ya en la escoleta me presionaron para que la llevara a un aula ueeco (unidad educativa específica a centro ordinario)», relata su madre que también avisa: «No vamos a permitir que la envíen a un centro especial». Inés Martín recuerda que España ratificó comprometerse a cumplir con los derechos de personas con discapacidad «y la única opción de inclusión es la ordinaria, con la ayuda suficiente, y la queremos en todas las etapas».
Sin embargo es consciente de que, aunque se puede, los colegios siguen sin estar preparados para trabajar con alumnos con necesidades especiales. «Educació debería estar más encima de los centros para que informen del día a día de los niños a sus padres, sólo nos dan la programación», advierte. La clave radica en que «no todas las personas aprenden igual, hay que detectar barreras y eliminarlas».
El apunte
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9 comentarios
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MorteviusEn ningún momento he dicho estar en contra de la eutanasia... Me ha entendido mal. Digo, que quien lo desee, se le debería ofrecer la opción de recibir la asistencia necesaria para poder "vivir". Esa opción, muy pocas veces o ninguna, se ofrece. Lógicamente, si alguien decide poner fin, se debe respetar. Es una opción más.
A mí lo que me sorprende es que una clínica privada pregunté por dar al bebé en adopción. Sabíamos de estas prácticas durante el franquismo, así como el robo de bebés, eran bastante corrientes, pero que estos hechos ocurran hoy en día es alucinante.
David Vecino PalmaSinceramente, respecto al estar enfermo y la eutanasia. Si pudieras ponerte por un momento en la situación de estar postrado en una cama, sin fuerzas, 100% dependiente, comiendo techo, etc.. un dia tras otro. Seguramente la pedirías por favor, basta ya de ser egoístas. Tan egoístas de llegar a tomar decisiones sobre la vida de los demás.. Volviendo a la noticia, mucho ánimo y alegría!!
Usted tomó una decisión de la que dia tras dia se alegrará más y más. No lo dude !!
CholonEn primer lugar felicidades por el trabajo y, segundo como usted mismo reconoce en su escrito todo es un bla bla bla político para sus diferentes intereses menos para los que realmente lo necesitan. Saludos.
Olé, señora! Usted si que es una madre como Dios manda.
Esa siempre es la primera opción...la fácil. Lo último es ofrecer la ayuda necesaria para estas familias. Igual que cuando alguien está muy enfermo. Antes de ofrecer la asistencia 24 de enfermeros, ofrecen la eutanasia.
Os deseo lo mejor, yo estuve 4 años luchando por la inclusión de mi hijo en la ordinaria y todo fueron decepciones. Cada año cambiaban la PT y nada, le tenían desatendido y venía triste cada día. El director decía que era el niño el que tenía que adaptarse al colegio, el único interés que tienen los colegios es tener niñ@s con discapacidad para conseguir recursos como PT, para luego utilizar al PT de sustitución de el profesor de turno que se ponga de baja y dejar a tu hij@ marginado en clase sin apoyo una semana si y otra también evitando que progrese. . Al final conseguimos llevarlo a un colegio con un aula especial para niños que necesitan apoyo y el cambio ha sido radical, está súper contento y progresa en su aprendizaje. La inclusión es una palabra muy bonita pero en la práctica es fustrante y un recurso que luego es destinado a otras funciones. Ojalá no pases por lo mismo y a tu pequeñ@ le apoyen de verdad. Disfruta de ella, nos hacen mejores personas.
Ole señora por su valentía. Yo soy una cobarde y ni la hubiera tenido