Una camarera limpiando la mesa de un bar de Palma durante la pandemia, la cual fue uno de los detonantes de la 'Gran Dimisón'. | Jaume Morey

TW
74

El mercado laboral de Baleares no es ajeno a la Gran Dimisión, término acuñado en Estados Unidos para definir el aumento inusitado de bajas laborales voluntarias tras la pandemia. El fenómeno ha tenido sus réplicas en los ámbitos europeo y español, donde las patronales empresariales, incluidas las de las Islas, llevan con el problema sobre la mesa desde el año pasado.

El incremento de las dimisiones laborales, espoleado por el punto de inflexión que supuso la crisis sanitaria, bebe de la escasez de mano de obra: la abundancia de ofertas de trabajo favorece la movilidad de personal, especialmente entre los jóvenes, que, al contrario que las generaciones precedentes, ni suelen buscar un trabajo de por vida ni están dispuestos a conformarse con lo primero que le ofrecen.

«Ha habido un cambio de paradigma que ha coincidido con el cambio generacional. Además, la pandemia ha servido como revulsivo o detonante al haber sido un largo periodo de reflexión vital». Pau A. Monserrat, consejero del Consell Econòmic i Social de Balears (CES) y profesor de Economía Financiera en la UIB, quien ha escrito diversos artículos sobre la Gran Dimisión, afirma que «la gente ya no se plantea el trabajo como antes: hace 20 años el trabajador cambiaba una serie de sacrificios y su fidelidad a una empresa por estabilidad, seguridad y un sueldo que le permitiera vivir con cierta comodidad».

«Los jóvenes son cada vez más exigentes, mientras que las empresas ofrecen cada vez menos»
Pau A. Monserrat, economista y consejero del CES

Las condiciones salariales no son las mismas de hace una o dos décadas, afirma, ni tampoco las expectativas y demandas de los propios empleados. Todo ello conforma un escenario peculiar. «Los jóvenes de ahora son cada vez más exigentes y menos dispuestos a aguantar, mientras tanto las empresas ofrecen cada vez menos: los sueldos son más bajos y la estabilidad menor». Eso ha desembocado en un mercado laboral marcadamente dinámico en el que la fidelidad a una firma es cosa del pasado.

La cifra de dimisiones o bajas voluntarias en España (ni el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social ni el Govern Balear disponen de los datos desglosados del Archipiélago) se ha incrementado un 37 % desde 2019 y hasta un 45 % desde 2018. De las 48.152 casos registrados hasta junio de 2019 se ha pasado a 65.819 en los primeros seis meses de 2023. Una tendencia al alza que ya se empezó a fraguar en 2022.

Los trabajadores de ahora no tienen miedo a perder un empleo y sí una vocación más marcada por la rotación y el cambio de aires en su experiencia laboral. «Antes se buscaba una profesión para toda la vida y ahora lo normal es tener al menos tres o cuatro», señala Monserrat.

Por otro lado, echan a faltar una serie de intangibles en la oferta empresarial que las generaciones anteriores no valoraban con la misma intensidad o directamente ni reparaban en ellos. Así lo ve también el conseller d'Empresa, Ocupació i Energia, Alejandro Sáenz de San Pedro, quien coincide con Monserrat en que la pandemia ha tenido un papel decisivo como acelerador de ese cambio de mentalidad. «Trastocó muchos hábitos y cada vez se está valorando más cosas como el ocio, el tiempo libre...», señala el conseller para añadir que «muchos departamentos de recursos humanos ya lo saben e incorporan esos intangibles en la negociación con los trabajadores. Las empresas están intentando interiorizar esas cosas para fidelizarlos».

La solución, insiste, pasa porque la empresa proponga proyectos de vida atractivos. Máxime cuando hay que asumir que el modelo de antes no va a volver. «Ahora la gente va a estar continuamente en el mercado».

Las patronales baleares son cada vez más conscientes de ese hecho e intentan adaptarse a los nuevos tiempos. Toni Monjo, director de la Asociación de Industriales de Mallorca (ASIMA), señala que «los trabajadores se van porque hay mucha oferta y mucha competencia entre empresas por hacerse con sus servicios», por lo que asume que «o eres capaz de atraerlos con mejores salarios y condiciones laborales o no tienes nada que hacer».

Idéntica visión transmite Antoni Gayà, presidente de la patronal del comercio Afedeco, quien indica que se está dando «un cambio de tendencia innegable» en cuanto a los proyectos profesionales de la actual mano de obra disponible en el mercado.

En cualquier caso, el tránsito empresarial hacia nuevos modelos de gestión de los recursos humanos no va a ser fácil ni mucho menos uniforme. Básicamente debido al anquilosamiento de gran parte del tejido empresarial en sistemas y hábitos del pasado. «Tenemos una cultura empresarial que en gran parte no sabe como gestionar esto», señala Monserrat para añadir que el nomadismo digital, por ejemplo, ofrece nuevos alicientes a los jóvenes frente a empresas locales que ni siquiera han sabido o podido implantar el teletrabajo. «La contratación del talento se está internacionalizando y muchos de esos trabajadores trabajan desde aquí para empresas de fuera».

«Los trabajadores exigen una modernización que las empresas en muchos casos todavía no han afrontado»
Jordi Mora, presidente de PIMEM

En el caso de la Asociación de la Pequeña y Mediana Empresa de Mallorca (PIMEM), Jordi Mora, afirma que «hay una desconexión entre las expectativas de empresas y trabajadores». Mora, que afirma que llevan tratando el problema desde hace un año, señala que «no podemos culpar de esto a los jóvenes», ya que «muchas veces las empresas no les estamos ofreciendo la modernización que demandan, además de cosas como mayores retribuciones, buenos horarios, conciliación con la vida familiar... Hemos de intentar integrar los dos mundos, el de los intereses de la empresa y el de los trabajadores».

Desde la patronal, explica, se está trabajando en programas para ayudar a las empresas a dar ese salto de vanguardia que las adapte a las demandas actuales, como, por ejemplo, la mejora de las condiciones del ambiente de trabajo y los beneficios para la salud mental de los empleados que ello conlleva. «Hay que empezar a adaptarse al siglo XXI y agilizar procesos como el paso a la digitalización. Es imprescindible poder atraer al talento y retenerlo».

El apunte

Las dimisiones se incrementan un 45 % desde 2018

La cifra de dimisiones o bajas voluntarias en España se ha incrementado un 37 % desde 2019 y hasta un 45 % desde 2018. De los 48.152 casos registrados hasta junio de 2019 se ha pasado a 65.819 en los primeros seis meses de 2023. Una tendencia al alza que ya se empezó a fraguar en 2022. Ni el Ministerio de Seguridad Social ni el Govern disponen de los datos desglosados del Archipiélago.