Pau Rigo junto a su anterior abogado, Fernando Mateas a su llegada a la Audiencia. | Alejandro Sepúlveda

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El juicio a Pau Rigo se convirtió en vox populi en Mallorca, en especial, después de que el jurado declarase culpable al vecino de Porreres. El caso se impuso a debate entre los ciudadanos, algunos de los cuales con firmes convicciones: «Este señor de 80 años no puede ir a la cárcel solo por defender su propiedad», apuntaba Xisca Bennàssar, residente en Palma, en respuesta a la encuesta de Ultima Hora para pulsar el sentir de la opinión pública respecto de uno de los procesos judiciales más mediáticos de los últimos años en la isla.

¿Es acertado repetir el juicio a Pau Rigo? Las respuestas en la calle fueron mayoritariamente favorables tras la primera de las sentencias, que le declaraba culpable de intento de homicidio. Aunque no eran homogéneas en ciertas consideraciones. Quico Ballester, por ejemplo, señalaba: «No se tendría que repetir porque nunca se habría tenido que celebrar. No fue un crimen, fue defensa propia, y punto». En la misma línea, María Teresa Callejo se solidarizaba con el sufrimiento de la familia y con el del encausado y temía que se acentuara aún más con la repetición del proceso: «Es un señor mayor y, con todo lo que ha pasado, no hacen más que ponerle las cosas cada vez más difíciles». «Actuó de la única forma posible, ¿qué tendría que haber hecho, dejar que lo mataran a él?», se preguntaba Miguel Esteban. El tema crispaba a algunos, que veían el veredicto de culpabilidad del jurado popular como «injusto» y «desproporcionado».

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Al conocer la noticia de la repetición del juicio, Nicole y Toni se mostraban alegres y confíaban en que se resolvería con la absolución de Rigo, como finalmente ha sido. Más cauta, Irene Merino esperaba que la Justicia actuase con diligencia y evitara juicios personales: «Está todo el mundo opinando sobre el caso creyéndose juez. Tenemos que dejar que quienes saben y tienen toda la información hagan bien su trabajo».

Derecho a la legítima propia

El salto a la palestra mediática de lo sucedido en Porreres fue motivado en buena parte por el dilema del derecho a la legítima defensa. «No tiene sentido que intenten entrar en tu casa a robarte, armados, y no te puedas defender», recalcaba Quico Ballester. La mayoría de los encuestados pedía una reforma en la legislación actual, que flexibilizara los supuestos, hoy por hoy muy delimitados, en los que se permite la defensa propia. «No te digo que sea como en Estados Unidos, pero casos como el de Pau Rigo son absurdos. Ni tanto ni tan poco», concluía Rosario Sánchez.