Claudio Mirasso es investigador del IFISC. | R.L.

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Cómo puede beneficiarse la medicina de la Inteligencia Artificial (IA) o cómo se aplican las nuevas técnicas en los datos médicos. La Reial Acadèmia de Medicina ofrecerá luz al pasado, presente y futuro de la denominada Salud 2.0 con el director del Instituto Universitario de Investigación Informática (IUII) de la Universidad de Alicante, el doctor Antonio Pertusa, el doctor Antoni Jaume y la doctora Irene García, en una ponencia coordinada por el catedrático de la UIB, Claudio Mirasso.

La Salud 2.0 es un cambio en la asistencia sanitaria pero no existe un consenso sobre su definición ¿qué es?
Es la salud asistida por la IA. Los médicos deben entender que esto ya está aquí y que es un complemento, una herramienta a la que no hay que tener miedo, que será muy útil para diagnosticar y tratar mejor.

¿Estamos preparados?
Hay mucha gente que ya sabe cómo se maneja. Lo nuevo es el ChatGPT y las herramientas del lenguaje que han salido este último año, pero la IA se usa desde hace más de una década. En Medicina donde más se utiliza es la detección de anomalías o imágenes. Hay que pensar que mientras el ojo humano, entrenado en ver resonancias o radiografías, ve unas 200 imágenes (por decir algo), la máquina es capaz de ver 10.000. No hay competición, tenemos que aprovecharla a la hora de tomar decisiones. La IA puede detectar el cáncer de mama cinco años antes de que se manifieste en un 30 % de los casos, los médicos en un 15 %. La ventaja es que trabajan con muchos parámetros a la vez y los humanos no. No nos substituyen, son complementarias y su avance es imparable.

Hay que tener en cuenta que muchos médicos están en edad de jubilarse.
Pero es que los médicos de ahora ya no miran las radiografías, leen el informe del técnico y muchos de estos se hacen en base al algoritmo de IA y sus sugerencias. En la mesa de hoy todos somos de edad avanzada y estamos muy entusiasmados. Hay muchas publicaciones internacionales convencidas de que va para adelante porque es una opinión extra. El médico decide.

En Alicante ha habido una asamblea de cirujanos donde la robótica y realidad virtual eran el tema principal.
Es que en robótica está el Da Vinci de Son Espases que es una maravilla de equipo. Lo controla el médico, no es automático, pero sus pinzas son súper pequeñas. Comparadas con las manos del cirujano su ventaja es notable. La realidad virtual sirve para entrenar con la textura o la técnica 3D puedes hacer prácticas de lo que luego verás en el pacientes. La IA se aplica directamente al diagnóstico y a la medicina personalizada.

¿Se podrá trabajar con la cronicidad?
Lo que tengo claro es que será individualizada. Ayudará a diagnósticos y tratamientos muy personalizados de los pacientes. Ahora te dan la misma medicación a gente que presenta síntomas similares pero no todos los enfermos respondemos igual.

En un contexto sin apenas médicos, ¿habrá que formarlos?
Hay que incluirlo ya en las facultades porque sí, es indispensable que en la medicina se enseñen los avances tecnológicos. Hay que reformar los planes de estudios, en algunas universidades del mundo ya lo han hecho.

Cuanto más avanzan las máquina menos se esfuerzan las personas.
Cuantas más máquinas tengamos dispondremos de más tiempo para pensar.

¿Va algún aspecto negativo?
Hay que mirar bien con qué datos entrenas el algoritmo. Si los datos no son buenos, los algoritmos no lo serán. Hace una veintena de años, en Estados Unidos entrenaban algoritmos que decían que la persona negra era probablemente más culpable, cosa que no es cierta. Es éticamente importante tener cuidado.