La UIB tiene una residencia con un centenar de personas en lista de espera. | Teresa Ayuga

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La Universitat de les Illes Balears (UIB) quiere recuperar el programa 'Viure i Conviure' que desde el curso 2001-2002 proporcionaba alojamiento gratuito a sus estudiantes en viviendas de personas mayores con problemas de soledad. Aquél programa, que impulsaron en el cambio de milenio la UIB y el Ajuntament de Palma a través de la Fundación Universidad y Empresa fue decayendo con el paso de los años y está totalmente extinguido desde el curso 2008-2009.

Fuentes de la UIB confirman que a través de la Fundación Universidad Empresa, ha presentado un proyecto a la Fundación La Caixa y al Ajuntament de Palma con el objetivo de recuperar aquél plan de convivencia que desapareció por falta de demanda. La situación de falta de vivienda de alquiler que se da en Palma, con cada vez menos pisos para estudiantes en el mercado, ha impulsado al centro universitario a reactivar el histórico plan.

El programa se puso en marcha en Palma a raíz de la firma de un convenio de colaboración entre el Ajuntament, la UIB y la Fundación Viure i Conviure con la idea de dar una solución al problema habitacional que sufren sus estudiantes y contribuir al mismo tiempo a mitigar la soledad de las personas mayores. La UIB cuenta en estos momentos con una residencia estudiantil en funcionamiento pero su oferta de plazas no basta para satisfacer la demanda. Está totalmente desbordada por el aluvión de solicitudes. Hay más de un centenar de estudiantes en lista de espera.

El programa de acompañamiento y convivencia entre ancianos y estudiantes nació en Barcelona de la mano de la Fundació Caixa de Catalunya desde donde se extendió a otras ciudades universitarias como Madrid y Valencia y acabó recalando en Palma. Correspondía al Ajuntament seleccionar a las personas mayores dispuestas a compartir su vivienda con estudiantes mientras que la UIB se hacía cargo de seleccionar a los jóvenes. Por si la vivienda gratuita no fuera suficiente la universidad incentivaba a los alumnos que se inscribían en el programa con una beca de la fundación que pagaba los gastos universitarios de matrícula. Los ancianos que se decidían a compartir casa podían también beneficiarse de ayudas para cubrir los gastos de electricidad y agua.

«La residencia universitaria está llena y con más de cien personas en lista de espera mientras continúa sobre la mesa el proyecto para construir una nueva, pero no tenemos financiación del Govern ni del Ajuntament », lamentan fuentes de la UIB.