Alumnos atienden a una profesora en una clase de Mallorca. | Cris

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Balears es la cuarta comunidad donde los alumnos acaban la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) con menos suspensos, según los últimos datos actualizados por el Ministerio de Educación, referentes al curso 2021-2022. El 24,3 % de los estudiantes de las Islas pasaron de curso con alguna asignatura suspendida, cuando la media estatal está en el 23 %. Por delante del Archipiélago se situaron Catalunya (15,8 %), País Vasco (18,3 %) y Andalucía (24,1 %). Canarias, con un 27,5 %, en cambio, obtuvo el peor resultado de España. Este ranking excluye a las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.

Los datos se deben de contextualizar con los impactos que tuvo la pandemia en la enseñanza. La entonces ministra de Educación, Isabel Celaá, permitió que los alumnos afectados por el confinamiento tuvieran la posibilidad de pasar de curso sin límite de suspensos, pero siempre con el consenso del equipo docente del centro. Hasta entonces, el límite para pasar de curso y obtener el título estaba fijado en tres suspensos en Secundaria y dos en Bachillerato.

En todo caso, desde 2011 no había habido tantos alumnos que pasaran de curso con suspensos. Según los datos del Ministerio, en el curso 2020-2021 hubo un 18,5 % de los estudiantes que pasaron el curso con suspensos; en el curso 2019-2020 fueron el 12,9 %, lo que puede relacionarse con las medidas por la COVID aprobada por el Gobierno. Los tres cursos anteriores se registraron un 19,4 %, un 20 % y un 19,5 %, que bajó hasta un 16,1 % entre 2015-2016. En 2012 y 2013 este dato se situó en un 15,2 %, mientras que en el primer registro de la serie se situó en un 18 %.

Los datos también reflejan una diferencia entre institutos públicos y concertados. Un 26,3 % de los alumnos que acabaron 4º de ESO con algún suspenso lo hicieron en un centro público, mientras que el 24,6 % lo hicieron en uno concertado. Un 21,1 % fue en institutos privados, aunque en las Islas hay muy pocos y la mayoría, además, son centros extranjeros. Esta divergencia puede deberse a que en la concertada sean más generosos con las notas, que se evite más que suspendan y que los alumnos tienen una situación socioeconómica mejor.