José Antonio Ritoré, periodista.

TW
1

Nadie te prepara para el dolor, pero el dolor es parte de la vida. El periodista y exdirector de Change.org, José Antonio Ritoré, (Madrid, 1977) ha tenido varios golpes duros. Tras un difícil divorcio y dos hijos pequeños, vino la muerte de su exmujer. «Cualquier pérdida, sea la que sea, te obliga a hacer un ejercicio de duelo y enfrentarte a una nueva realidad», dice. Esto le dejó en un punto de inflexión, salió adelante y entrenó algo que señala en su nuevo libro, Egoísmo del bueno: ser optimista ante las adversidades. El autor estará el martes, día 20, a las 18.00 horas, dialogando sobre optimismo y otros ‘ismos' en Espai Buit junto con la neurocientífica Nazareth Castellanos.

Una de las frases que Ritoré lanza entre las páginas de su obra es que «no puedes cambiar todo a lo que te enfrentas, pero tampoco puedes cambiar nada si no te enfrentas a ello». Esta frase la destaca tras conocer a miles de voluntarios, activistas y emprendedores sociales, en sus más de 25 años de profesión, que «cuando se les ha puesto un problema frente a ellos, no dicen cosas como «esto no es mi problema» o «yo no puedo hacer nada». Más bien, lo afrontan y colaboran con el problema», responde el autor para argumentar lo que sería el egoísmo bueno.

Entrenar la mente

En sus páginas, destaca cuatro historias que, según menciona, han generado grandes impactos, desde cambiar una ley del Código Penal hasta personas que con pequeños actos, como es tocar el piano en una residencia de ancianos, han encontrado la felicidad. Ritoré destaca que la solidaridad es una buena adicción y una filosofía de vida. Así lo cree desde que empezó su andadura en proyectos solidarios y distintas causas sociales. Su abuelo, cuenta, tuvo mucho que ver: «Fue mi inspiración».

«Así como entrenamos los músculos en el gimnasio, la solidaridad y la generosidad también se entrenan, y como resultado se consiguen grandes impactos. Yo he conocido a muchas personas que han empezado por algo pequeño hasta que han ido creciendo. Porque nadie puede pasar de cero a cien en cinco segundos», reflexiona el autor.

El optimismo, como explicará Ritoré en su charla, también se entrena y también está ligada al camino de la felicidad: «Hay una frase que me gusta mucho que dice que el optimista siempre tiene un proyecto, mientras que el pesimista tiene una excusa». Sin embargo, es consciente de que «es difícil ser positivo ante una situación destructiva, pero todo está en cómo lo afrontes, en tu poder de actuación y decisión. En el libro de El hombre en busca de sentido, Viktor Frankl podría estar al borde de la desnutrición en el campo de concentración de Auschwitz (Polonia) pero dio un trozo de su pan al otro».

Por otro lado, Ritoré recuerda que la resiliencia es fundamental para lograr un objetivo. Explica que las personas nos enfrentamos a grandes retos y complejidades que pueden llevarnos a tirar la toalla. Pero si se aplica la resiliencia, si nos armamos de herramientas internas y externas, «conseguimos nuestro propósito, sea un proyecto o una causa».

Cuando el autor piensa en sí mismo, destaca, precisamente, esta resiliencia: «Un empresario es un ejemplo de compromiso consigo mismo, con su propósito. Uno puede llegar a sufrir grandes decepciones por el camino, por eso es fundamental estar rodeado de gente que te ayude emocionalmente para sobreponerse. Es decir, un buen equipo para no frustrarse con el tiempo».