Uno de los aviones de Air Europa en pleno despegue.

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La Comisión Europea ha «parado el reloj» en su investigación en profundidad sobre la operación de compra de la aerolínea Air Europa por IAG, matriz de Iberia, porque las partes no le han enviado información que considera clave para continuar la evaluación, lo que retrasará la fecha límite para que Bruselas se pronuncie más allá del 7 de junio. Así se lo confirmó a EFE una portavoz del Ejecutivo comunitario, que precisó que el «reloj» de la investigación «se detuvo» el pasado 1 de marzo, pero con efecto práctico a la hora de recalcular los plazos el 9 de febrero.

Se trata de un mecanismo para evitar que los plazos legales de este tipo de evaluaciones sigan corriendo cuando una de las partes «no provea a tiempo una información importante que la Comisión les ha solicitado en un plazo concreto». «Una vez las partes provean la información que falta, se reinicia el reloj y se reajusta la fecha límite legal para la decisión de la Comisión», señalaron. Esto significa que el límite del 7 de junio se pospondrá según el número de días que pasen entre el inicio formal de la «pausa», el pasado 9 de febrero, y el momento en el que la Comisión reciba la información que le falta. Fuentes de Iberia señalaron que IAG «trabajará para facilitar lo antes posible todos los datos solicitados que estén en su poder» y confiaron en que Bruselas autorice la operación «con todas las garantías», ya que, dijeron,«traerá importantes beneficios para los consumidores, para el 'hub' de Madrid-Barajas y para la competitividad de la economía» española.

El grupo IAG, matriz de Iberia, envió el 23 de febrero a la Comisión Europea un plan de correcciones para obtener el visto bueno de la institución comunitaria a la compra de la aerolínea Air Europa, después de que Bruselas anunciara un mes antes la apertura de una investigación en profundidad sobre la operación. El Ejecutivo comunitario evaluará si las correcciones enviadas por IAG son suficientes para resolver el impacto negativo sobre los precios y la calidad de los servicios que Bruselas había identificado previamente, en concreto el efecto contraproducente de la operación en rutas de larga distancia entre Madrid y América del Norte y del Sur, un mercado en el que ambas se enfrentan a «pocos competidores con conexión sin escalas».

También tiene reservas con respecto a rutas nacionales españolas, especialmente en aquellas «en las que el tren de alta velocidad no ofrece una alternativa», así como en las rutas entre la península y Baleares y Canarias. Del mismo modo, cree que podría afectar a rutas de corta distancia que conectan Madrid con algunas de las «principales» ciudades europeas, de Reino Unido, Suiza, o de Israel o Marruecos, puesto que ambas aerolíneas «ofrecen una conexión directa». IAG quiere comprar el 80 % del capital de Air Europa que todavía no controla por 400 millones de euros a través de una operación que fue notificada oficialmente a las autoridades europeas el pasado 11 de diciembre. Se trata del segundo intento para obtener luz verde de la Comisión después del abandono de un primer acuerdo en 2021.