El empresario alemán Matthias Kühn, en una imagen de archivo. | Alejandro Sepúlveda

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La querella contra Kühn describe una serie de operaciones del empresario alemán para dejar sin fondos ni activos sus empresas, entre ellas una para dejar fuera del alcance de Hacienda un helicóptero y dos embarcaciones, por valor de 243.000 euros. Esos tres bienes estaban a nombre de Altos de Andraitx S.L., una de las empresas investigadas en la causa y terminaron en manos de Isla Tagomago S.A., la principal receptora de fondos porque estaba controlada por Kühn, según la Agencia Tributaria, a través de una serie de testaferros.

El mecanismo fue urdir una deuda ficticia entre las sociedades que sí eran formalmente de Kühn e Isla Tagomago. Se firmó un contrato de arrendamiento sobre el islote, propiedad de la segunda mercantil y así se generó un impago en el año 2011, cuando se resolvió el contrato y se llegó a un acuerdo entre Isla Tagomago y el Grupo Kühn. Fue entonces cuando Altos de Andraitx se desprendió del helicóptero y los dos barcos sin que se registrara ninguna entrada en las cuentas de las mercantiles. Altos de Andraitx debía a Hacienda más de 370.000 euros por el Impuesto de Sociedades de 2005 y debía dinero también a Aduanas por el impuesto sobre determinados medios de transporte en 2005 y 2006.

Otra operativa similar dejó más dinero fuera del alcance de Hacienda y de otros deudores. Se llevó a cabo en febrero de 2012. Entonces Isla Tagomago concedió un crédito de 1,5 millones de euros a Matthias Kühn Inversiones. Ese préstamo se garantizó con una hipoteca sobre tres inmuebles cuyo dueño era otra firma del empresario, Orquídea Palma S.L., a la que no llegó un euro. El dinero salió de un paraíso fiscal, Liechetenstein, y no se devolvió. Se pactó una dación en pago de los inmuebles que así pasaron a Isla Tagomago S. A. y quedaron fuera del ámbito de las empresas que contralaba formalmente Kühn y, por tanto, de sus deudas con el fisco.

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Las tres fincas están a nombre de Isla Tagomago pero cualquier notificación sobre las mismas le llega a un arquitecto de Kühn, por lo que Hacienda y la Fiscalía consideran que mantiene el control efectivo de las mismas. Las tres fincas estaban valoradas en 1,8 millones de euros.

La investigación de la Agencia Tributaria en torno al magnate se lleva a cabo desde hace meses y cristalizó en el mes de enero de este año en una querella de la Fiscalía Anticorrupción. La semana pasada se llevó a cabo un registro en la vivienda del empresario alemán para obtener datos de sus dispositivos electrónicos.

Además de Kühn están imputados en el juzgado de Instrucción sus dos hijos y su mujer, Norma Duval. La principal empresa investigada es Isla Tagomago S.A. cuya titularidad real se atribuye a Kühn. La Agencia Tributaria afirma disponer de múltiple pruebas que muestran que esta sociedad en realidad está bajo control del empresario alemán aunque, formalmente sea propiedad de otra sociedad pantalla y, tras esta de un ciudadano suizo. Entre esos indicios están las declaraciones de empleados que afirman estar a órdenes de Kühn, que los datos de contacto de Isla Tagomago sean empleados del alemán o que incluso esta mercantil pagara el seguro de la vivienda que hay en la Isla cuyo beneficiario era, hasta el año 2017, el propio empresario ahora imputado.