Imagen de agua extraída de un pozo. | R.P.F.

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Las reservas hídricas en el cómputo global de Baleares se han colocado a un 53% durante el mes de abril, aunque esos datos están pendientes de cerrarse a la espera de reflejar el impacto en los acuíferos de las últimas precipitaciones. La Conselleria del Mar y del Ciclo del Agua informó que esa muestra una bajada de un 2% respecto al mes anterior, a falta de esos últimos registros. En comparación con el ejercicio 2023, esas reservas se sitúan nueve puntos porcentuales por debajo, lo que a su vez plasma una necesidad de vigilancia continua.

Durante el mes de abril, la mayor parte de las Unidades de Demanda (UD) notificaron disminuciones, a excepción de Formentera, que mostró un sorprendente incremento en sus reservas. Desgranados los datos por islas, Mallorca sufrió una reducción del 57% al 55%; Menorca pasó del 54% al 52%, e Ibiza del 39% al 37%. Todas las Unidades de Demanda, incluidas Menorca, Artà, Manacor-Felanitx, Migjorn, es Pla, Palma-Alcúdia, Tramuntana Nord, Tramuntana Sud, Ibiza y Formentera, están en la actualidad en un escenario de prealerta.

En cuanto a las precipitaciones, abril fue un mes especialmente húmedo en las islas, con un promedio de 43,0 litros por metro cuadrado, superando la media histórica de 39,9. Las precipitaciones por isla aportaron variaciones: en Mallorca se registró una cantidad menor que el promedio histórico, con 37,4 litros por metro cuadrado, frente a 42,6; en cambio, Menorca experimentó un mes más húmedo con 48,9, comparado con 34,8 de su media histórica. Ibiza y Formentera tuvieron meses húmedos con 72,5 litros por metro cuadrado y 51,6, respectivamente, superando ampliamente sus medias históricas de 31,4 y 21,0.

El análisis interanual de las precipitaciones muestra que Baleares alcanzó un 84% del promedio esperado, con Mallorca alcanzando un 85%, Menorca un 84%, y las Pitiusas (Ibiza y Formentera) un 72%. Abril también fue un mes muy cálido en Baleares, con una temperatura media de 15,3 grados centígrados, lo que representa una anomalía de 0,8° por encima de lo habitual.

Con el 100% del territorio en situación de prealerta y sin modificaciones previstas a corto plazo, según la Conselleria del Mar y del Ciclo del Agua del Govern, resulta clave intentar mantener una gestión prudente y proactiva de los recursos hídricos para adaptarse a estas variaciones climáticas y asegurar la sostenibilidad a largo plazo.