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«Los problemas para acceder a la vivienda en Baleares pueden derivar en depresión y crisis de ansiedad», asegura el decano del Colegio de Psicólogos, Javier Torres. Sin lugar a dudas, una de las principales preocupaciones que tienen los ciudadanos de las Islas es tener un hogar en el que vivir. Los elevados precios de los inmuebles, tanto en régimen de venta como de renta, frustran los proyectos de vida de muchas personas. Por citar un ejemplo, el coste del alquiler casi se ha triplicado en las Islas: se ha pasado de 562 euros en 2014 a 1.451 en 2024, según un estudio de Fotocasa.

Esto está provocando que los jóvenes que residen en el Archipiélago balear cada vez se independicen más tardes, que muchos divorciados tengan que volver a vivir con sus padres y que numerosos inquilinos se queden sin su hogar porque los propietarios deciden cederle la casa a un familiar o subir de forma desorbitada la renta, dejar de arrendárselos para dedicarlo al alquiler turístico y obtener un mayor rendimiento económico.

Sin lugar a dudas, la vivienda le quita el sueño a muchas personas y esta situación ha sido detectada por los profesionales de la salud mental. «Es un problema, hay muchas familias con miedo a que sus caseros no les mantengan el contrato del alquiler. Es una situación muy dura, que puede derivar en depresión, crisis de ansiedad, e incluso, en algunos casos en tentativas suicidas», expone el decano del Colegio de Psicólogos de Baleares. A su modo de ver, «muchos ciudadanos están pasando por una situación límite, ya que sus sueldos no les permiten ni pagase el alquiler de una habitación», con lo que conlleva el hecho de tener que asumir que a ciertas edades se tiene que compartir vivienda con otras personas con las que no se ha constituido una familia.

Faltan psicólogos

Los afectados por los problemas para acceder a la vivienda se encuentran con el agravante añadido de no disponer de los recursos necesarios para poder pagarse un psicólogo privado. Por ello, Torres reclama que se incremente el número de profesionales de salud mental del sistema de salud pública. En este sentido, considera vital aumentar el número de psicólogos de los centros de Atención Primaria, ya que hay personas que requieren la ayuda de un profesional y no pueden costearse uno. Además, precisa que en la red pública ya hace tiempo que hay especialistas que no cogen a nuevos pacientes y otros que tienen varios meses de espera.

La vivienda no es el único problema que tienen los ciudadanos de las Islas, las dificultades para llegar a final de mes también son el origen de muchos cuadros de depresión o ansiedad; así como los problemas laborales. El decano del colegio de Psicólogos de Baleares precisa que la pandemia también marcó un antes y un después, ya que muchas personas aún no han pasado el duelo que supone perder a un familiar, ya que las restricciones en vigor para frenar la COVID-19 no permitieron hacerlo. Todo ello, motivó un empeoramiento de la salud mental, sin que haya venido acompañado por el alza correspondiente de los profesionales de este ámbito.