Javier Vich en el Summum Boutique Hotel de Carrer Concepció. | Jaume Morey

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Javier Vich (Palma, 1975) confiesa que se siente preocupado por los efectos que pueden tener en los mercados emisores los mensajes de malestar ciudadano por la saturación. Su apuesta es la de abordar el problema desde la responsabilidad y sin caer en el rechazo al turista.

¿Cómo está yendo la temporada y qué previsiones maneja para su conclusión?
La temporada va muy bien en Palma. Las reservas siguen un ritmo muy parecido al de 2023 e incluso un poco por encima, por lo que no vemos nada que nos haga pensar que el año no será igual o mejor. Palma está logrando que se alargue mucho la temporada, con un buen nivel de actividad diez meses al año. Noviembre funciona bien y ahora tenemos que tratar de ser más atractivos en diciembre y enero. A partir de febrero ya empezamos a traccionar sin problema.

¿Qué incrementos están teniendo sus tarifas este año?
Tenemos ahora mismo unas tarifas aproximadamente un 5 % por encima de las del año pasado. Nuestros dos hoteles de Summum sí que están teniendo un incremento algo superior.

Palma es punta de lanza de la desestacionalización y parece el momento idóneo para dinamizar el invierno. ¿Cómo enfocan ese reto?
El Palau de Congressos es una pieza importantísima para estos meses, cada año se está consolidando más y la capacidad que tiene para captar eventos importantes tiene una repercusión directa en las ocupaciones hoteleras de Ciutat, como las pruebas deportivas y eventos culturales. Todo eso es clave para los city-breaks basados en el ocio urbano.

¿Qué balance hace de su alianza con Meliá?
Empezamos con la adhesión de dos hoteles a la marca Meliá Collection y ahora hay un plan de crecimiento conjunto para los próximos años. Estamos muy contentos con esta relación; creemos que tiene mucho futuro y aporta mucho valor a nuestros activos.

¿Preveían este boom de la demanda después de la pandemia?
En Summum hicimos un plan de negocio a cinco años y éramos bastante pesimistas con la recuperación: la veíamos muy faseada y no nos esperábamos esta respuesta. La demanda después de la pandemia ha sido y está siendo sólida y robusta. Se ha visto que la gente prefiere prescindir de otras cosas antes que de viajar.

¿Qué opina del Pacto por la Sostenibilidad Turística de Prohens?
Damos la enhorabuena al Govern porque nos parece una muy buena iniciativa y puede ser el inicio de una estrategia global.

¿Cuál es su percepción del problema de la saturación?
Ahora mismo vemos una preocupación muy importante con los mensajes que se están dando a los principales mercados emisores, porque es muy difícil construir un destino y muy fácil destruirlo. Yo, por ejemplo, no iría de viaje a un sitio donde percibiera una animadversión al turista. El principal problema que tenemos aquí es la falta de vivienda, las carreteras, el parking, las depuradoras y la oferta de alquiler ilegal. Y no podemos dejar fuera del debate el crecimiento demográfico, que es un factor clave. Ahora que se ha manifestado este malestar en la calle, pienso que se debe trabajar en ello, pero sin olvidar que en esta comunidad siempre hemos sido hospitalarios.

¿Ha percibido preocupación por este clima entre sus clientes?
Hay clientes que ya empiezan a preguntar en recepción qué es lo que está pasando en la calle, sobre todo porque la prensa más sensacionalista de los mercados emisores nos está dando titulares cada día. Es cierto que tenemos un problema y nuestro sector hace ya diez años que dijo que no se podía crecer más en volumen. Ahora tenemos todos una responsabilidad para decir dónde queremos ir, pero haciéndolo responsablemente.

¿El turista de calidad es solo el que gasta más dinero?
El turismo de calidad es gente respetuosa. Tú puedes tener un cliente de un hotel de tres estrellas que puede ser respetuoso y un turista de calidad independientemente del dinero que gaste en destino.

Thomas Cook, FTI... ¿Son síntomas de que el modelo clásico de la turoperación está en crisis?
Creo que no. Es verdad que en destinos urbanos y en city breaks es más predominante el turista independiente que se organiza el viaje por su cuenta. Pero si nos vamos a viajes de larga distancia a Asia o Caribe, sigue siendo una práctica muy habitual confiar en el turoperador para que te organice estos paquetes. De hecho, muchos han evolucionado hacia el paquete dinámico on-line, donde el mismo cliente puede elegir que modalidad de viaje prefiere.

¿Cómo les está afectando el problema de la mano de obra?
Es el mayor reto que tenemos de cara a este y los próximos años. Falta gente cualificada sobre todo en cocina y restauración y también en recepción, que eran puestos que antes se solían cubrir fácilmente. La falta de vivienda es un factor clave y la bolsa de trabajadores locales no cubre las necesidades. Tenemos que ser capaces de transmitir a los jóvenes que esto es una profesión de futuro, ser capaces de seducirles y hacerles ver que la gran mayoría de directores de hotel han empezado desde abajo, lo que significa que es una profesión que te permite subir y desarrollar como profesional.

¿Cómo ve el turismo en Mallorca dentro de diez años?
Se ha hecho muy buen trabajo de reconversión de la oferta y la Administración tiene que seguir acompañando. En esta comunidad tenemos el talento y el conocimiento suficientes para poner las Islas a un nivel muy alto dentro de la oferta mediterránea en los próximos diez años.