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La lagartija o sargantana de las Pitiusas, originaria de Ibiza y Formentera, el lagarto gigante y la lisa de Gran Canaria están en creciente peligro de extinción debido a la acción predadora en esas islas de especies invasoras, advirtió la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

La UICN publicó este jueves la actualización anual de su Lista Roja de Especies Amenazadas, que las clasifica según su mayor o menor riesgo de desaparición, y en ella las tres especies empeoran su estatus por constituir habitual alimento de serpientes no oriundas de Baleares ni de Canarias que han diezmado sus poblaciones. En cuanto a la lagartija de las Pitiusas (podarcis pityusensis), su estatus ha caído también varios niveles desde «casi amenazada» a «en peligro», después de que su población también disminuyera a la mitad en 2010, en su caso por la actividad predadora de otro reptil invasor, la culebra de herradura, oriunda de la Península Ibérica.

En el caso grancanario, el lagarto gigante (gallotia stehlini) ha empeorado su situación de especie con «precaución menor», el menor nivel de amenaza, al de «en peligro crítico», la peor clasificación antes de considerarse extinguido en estado salvaje. La lisa de Gran Canaria (chalcides sexlineatus) ha pasado del grupo de especies de «precaución menor» al de «en peligro», una amenaza ligeramente menor a la del lagarto gigante pero que también exigiría mayores medidas de protección para evitar su desaparición. En ambos casos las poblaciones de estos reptiles se han reducido a la mitad en los últimos diez años, algo que los conservacionistas atribuyen a la acción de la serpiente real de California, una especie exótica invasora que llegó a la isla en 1998.

En el lado positivo, la lista de la UICN, que cumple 60 años, ha mejorado el estatus del lagarto gigante de la Gomera (gallotia bravoana), de estar «en peligro crítico» a «en peligro», aunque subraya que sigue amenazada por diversos factores. De acuerdo con la organización, los programas de cría en cautividad y reintroducción en estado salvaje del animal han logrado reducir su peligro de extinción. La especie, muy común hace siglos, estuvo a punto de desaparecer en la isla canaria de la que toma su nombre por la acción de especies invasoras allí como gatos o ratas y también por su caza por parte de seres humanos. Según la UICN, la acción cazadora de gatos abandonados y los corrimientos de tierra, cada vez más frecuentes por la influencia del cambio climático, siguen suponiendo una grave amenaza para este reptil canario.