Una profesional sanitaria ayuda a una paciente con un ictus en Son Espases. | Son Espases

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Los casos de ictus se han incrementado un 43,3 % en Baleares en los dos últimos años. En concreto, desde el Hospital Universitario Son Espases han informado este lunes que en 2021 los profesionales de Neurología atendieron 618 sospechas, de las que se confirmaron 561; mientras que en 2023 se contabilizaron 917 sospechas y finalmente se confirmaron 804.

Esto ha motivado que Son Espases haya ampliado la Unidad de Ictus con la apertura de dos camas nuevas, que se suman a las seis actuales. Por tanto, a partir de ahora hay ocho camas, distribuidas en tres habitaciones dobles y dos individuales. Cabe destacar que para abrir estas dos camas, el Hospital ha contratado a cinco enfermeras y tres técnicas en cuidados auxiliares de enfermería y ha adquirido un sistema de monitorización para abordar la enfermedad. «El ictus es la primera causa de mortalidad entre mujeres y la tercera entre los hombres. Se estima que una de cada seis personas sufrirá un ictus en su vida», ha resaltado desde el citado centro hospitalario.

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En este punto, las citadas fuentes han explicado que «en los últimos años ha aumentado, tanto el número de códigos ictus, como el de ingresos». Esto se debe a «múltiples factores, como el envejecimiento de la población, el peor control de los factores de riesgo, sobre todo a raíz de la pandemia de la COVID-19; pero también a una mejor detección y al incremento de tratamientos de reperfusión en fase aguda, derivados de las nuevas evidencias científicas que permiten ampliar la ventana terapéutica».

Desde el Hospital de referencia de las Islas han expresado que «el aumento de recursos en la Unidad de Ictus se contempla en la Estrategia de Ictus de Baleares, a fin de ofrecer una atención óptima y flexible, según la demanda, y responde a un incremento de pacientes con sospecha o que han sufrido un ictus. En relación ha este asunto, han precisado que «una unidad de ictus es una unidad de pacientes semicríticos destinada a personas que han sufrido un ictus y en la que los profesionales son expertos en enfermedades cerebrovasculares. En estas unidades se realiza una monitorización no invasiva de los pacientes y se aplican los protocolos de cuidados generales y de tratamientos específicos. Los pacientes con ictus que ingresan en una unidad de ictus tienen mayor probabilidad de sobrevivir y de ser autónomos al año de haberlo sufrido». Además, han señalado que «la atención a una unidad de ictus mejora también los indicadores de calidad asistencial: estancia media hospitalaria, reingresos hospitalarios, mortalidad y necesidad de institucionalización, y reduce, al mismo tiempo, los costes económicos».