Mabel Chavarino durante una actuación en la calle. | Redacción Digital

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La Asociación de Artistas de las Calles de Palma (AARCA) y la Asociación de Músicos de las Calles de Mallorca (AMCM) reclaman su lugar de trabajo. «Pagamos las tasas y tenemos derecho a poder trabajar», explica la presidenta de AMCM, secretaria de AARCA y delegada balear de la Asociación de Músicos Profesionales de España (AMPE), Mabel Chavarino. «Por ello, demandamos que las instituciones y asociaciones se reúnan en una mesa de seguimiento», señala la representante. Para poder solicitar un espacio regulado y seguro, los artistas de la Isla necesitan estas reuniones que les ayudan a comunicarse con todas las partes implicadas.

Las mesas de seguimiento, de acuerdo con la instrucción vigente que regula las actividades artísticas en las calles, decretada en el BOIB el 10 de septiembre de 2020, establecen un diálogo permanente entre la sociedad civil, el gobierno y los artistas asociados. «Desde su aprobación, nunca se ha completado la mesa», señala Chavarino. Este órgano debe reunirse cada tres meses para la evaluación y mejora de la actividad artística, a favor del consenso y la convivencia ciudadana. Sin embargo, el día de la cita, «la mesa cojea», apunta la presidenta.

Sin un altavoz en el que reclamar sus derechos, los artistas de la calle se encuentran desamparados. «Pagamos unas tasas y tenemos una licencia para poder trabajar, pero por culpa de los que lo hacen mal, no tenemos espacios suficientes», cuentan desde la asociación. No obstante, quieren recalcar que su objetivo no es sacar de la circulación a los creativos sin licencia, solo les piden respeto. «Hay muchos artistas para tan poco espacio», apunta Chavarino, quien propone que se amplíe la red de lugares autorizados y así, aliviar la congestión de las zonas más sobrecargadas de Palma, en beneficio de los vecinos.

Una artista de la calle en Palma.

Tras dos intervenciones en el pleno del Ayuntamiento de Palma, el presidente de AARCA, Alejandro Possetto, ha señalado la desinformación policial en cuanto a la regulación actual. En este sentido, el artista aclara que los representantes de seguridad ciudadana se han comprometido a «ayudarnos a preservar los sitios que ocupamos con orden y desde el respeto». Además, expone su insatisfacción ante la demora en la tramitación de licencias. «Los 20 días, se convierten en tres meses», indica insatisfecho. Aun así, los representantes de las organizaciones puntualizan que todos sus asociados firman una declaración de responsabilidad y cumplen con las normas.

«El arte es cultura», reclama Chavarino. Ambas asociaciones insisten en que la participación de Cultura, ausente en la mesa de seguimiento, es fundamental. A pesar de ello, el área de Cultura del Ayuntamiento de Palma no se quiere implicar con los artistas de la calle ni los procura representar. Las asociaciones sienten cierto elitismo desde el órgano de gobierno. «La importancia del arte en la calle a nivel cultural tiene una gran repercusión económica y patrimonial», añade la presidenta de AMCM. De igual manera, sus solicitudes para participar en eventos de la ciudad y hacer uso de teatros han sido rechazadas.