Tanto el funcionario investigado como el ciudadano que le dio los veinte euros, contaron una versión similar de lo ocurrido a la magistrada. El hombre había acudido para renovar su permiso y el de otros tres cazadores. Hubo un problema con uno de ellos: faltaba el registro de las capturas del año anterior. El funcionario facilitó la renovación con una declaración jurada del cazador que decía que lo había extraviado. Este le dio el billete y, pese a reticencias iniciales, lo cogió porque el hombre que se lo tendía se ofendía. El funcionario le calificó en el juzgado como «una persona mayor, ruda y con carácter».
La investigación judicial descartó que la entrega del billete fuera un pago a cambio de una actuación irregular del funcionario, el delito de soborno más grave. La versión de los testigos respaldaba que fue una especie de propina. La magistrada tampoco ve encaje en el cohecho que se produce por un regalo o pago a un funcionario solo porque lo es. Lo hace por la cuantía y por el principio de intervención mínima del derecho penal. No es necesario un juicio, que hubiera sido con jurado, por veinte euros, es la conclusión. Por un posible cohecho impropio, el funcionario hubiera afrontado una petición de multa y se tendría que haber convocado un tribunal del jurado.
La Fiscalía, que activó la investigación penal a través de un denuncia ante la existencia de indicios iniciales, informó de forma favorable a la petición de archivo planteada por el abogado defensor del funcionario, Pablo Alonso de Caso. El Ministerio Público también descartó que la entrega del billete fuera un pago al funcionario para que expidiera la licencia de forma ilegal.
Punto de vista
Pendiente de una posible sanción disciplinaria
33 comentarios
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A algún "company" no li va anar bé que no ser convidat a berenar
Enhorabuena al letrado Pablo Alonso de Caso de que haya ganado algún juicio. Hay otros clientes a los que ha defendido y que por menos que esto han pisado cárcel. Bueno. .. quizás haya sido porque en ese tiempo andaba enamorado de su becaria.
Pan y circo, decía Juvenal.
Mallorca mágica....donde la corrupción tiene diferentes grados
........Las obsesiones se pueden tratar y curar. Ve al médico.
........Perdona estas palabras ya las dijo alguien muy conocido. Piensa un poco.
Una cosa es una propina y otra cosa es un soborno. En este caso, la jueza (creo que con buen criterio) lo ha interpretado como una propina.
Agermanat¡Usted sí que sabe!
Buenos, normal todo este lio, era un miserable auxiliar. Si fuese un juez al que el BBVA invita a unas jornadas juridicas en el Caribe, o un médico al que un visitador lo invita a otras jornadas en Punta Cana no hubiese pasado nada
Hace muchos años, en un juzgado mallorquín, hubo que consolar a una señora que se afligió hasta las lágrimas porque los funcionarios no le querian aceptar una bandeja de pasteles. Al final, hubo que repartírselos y la señora se fue tranquila. Lo de los veinte euros no es un cohecho, es una anécdota, lo que parece horrible es el caldo de cultivo que hay en esa oficina. Quien los dió fue por agradecimiento por molestarse y no hacerle volver otra vez, y quien lo cogió seguro que lo hizo para que no le insistiese más. Las costas judiciales deberían pagarlas los denunciantes, los únicos en los que aprecio mala fe.