La tesis se inicia con un análisis teórico y filosófico de los principios de la democracia liberal para contextualizar las amenazas actuales a las que se enfrentan los países que se gobiernan con este sistema. A continuación, destaca la importancia fundamental de una esfera pública sana en la que los ciudadanos libres e iguales puedan acceder a información precisa y participar en debates racionales sobre la gestión de su medio de vida común.
En esta línea, el análisis se centra a continuación en la irrupción de las redes sociales y en cómo han revolucionado la forma en la que muchas personas interactúan con su entorno informativo, además de transformar por completo sus procesos de socialización.
La tesis subraya cómo algunas plataformas socavan la calidad del entorno informativo y fomentan la interacción de las personas con contenidos altamente emocionales que están diseñados para producir indignación moral, lo que ha contribuido en gran medida a un componente esencial del sectarismo político: la moralización de la política. Esto es, a su vez, explotado por actores políticos, económicos y sociales que se aprovechan de las facilidades que estas plataformas les proporcionan para difundir desinformación. Ésta puede cristalizar en percepciones políticas falsas y teorías de la conspiración.
La tesis también profundiza en el papel que han desempeñado los movimientos populistas de extrema derecha de todo el mundo en el auge del sectarismo político. La tesis ofrece un análisis del uso que el populismo de extrema derecha ha hecho de las plataformas de las redes sociales y de las posibilidades ilimitadas que les brindan.
Estos movimientos han promovido percepciones políticas falsas, teorías de la conspiración y la moralización de la política para difundir sus concepciones antielitistas, autoritarias y antipluralistas de la sociedad. La tesis termina con una reflexión sobre las limitaciones que tienen las democracias liberales para frenar estos movimientos.
2 comentarios
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El apellido Bernstein es de esos que tienen doble y triple nacionalidad y tienen casa en Israel. En Occidente son progres pero cuando están en su casa y rodeados de los suyos son ultranacionalistas y justifican masacrar bebés palestinos.
Vaya ! Otro iluminado en busca de subvención..... Mucho ha tardado.