Enric Puigrós (izquierda), en el museo de San Alonso, durante los actos de la conmemoración del santo en Montesión.

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Mano tendida por San Alonso. El provincial en España de la Compañía de Jesús, Enric Puigrós, y el obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, mantuvieron ayer una jornada intensa de actos por la festividad del santo, que había estado precedida por el choque con los antiguos alumnos y la cofradía del Silencio. Puigrós se mostró conciliador: «He venido a celebrar el santo en comunión con toda la gente y todo el mundo está invitado». En declaraciones tras uno de los actos señaló: «Lo que la Compañía de Jesús hace es mirar al futuro con la mano tendida. La misión de la Compañía en Mallorca la tenemos que construir entre todos». También hizo un llamamiento ante las críticas para asentar ese proyecto. «La descalificación no es la mejor manera», apuntó y sí pidió más diálogo dentro de la comunidad, «más que reacciones públicas».

Uno de los actos más señalados del programa fue la celebración de una oración en la capilla de Sant Alonso, en la Iglesia de Nuestra Señora de Montesión, en lo que supuso la reapertura del espacio tras una intervención arquitectónica. «Estoy muy contento de poder reabrir la capilla y poder mantenerla disponible para el público». El acto también incluyó una visita al museo de San Alonso.
Jornada

Antes, acompañado por el obispo, había llevado a cabo una visita y una oración en la capilla de San Alonso en el Castell de Bellver y visitado el cuadro del santo que hay en el Ajuntament de Palma. El programa de actos de la fiesta terminó con una eucaristía presidida por el obispo en la parroquia de San Alonso Rodríguez de Palma. En la oración en la capilla, Taltavull elevó una plegaria al santo y también pidió su intercesión por las víctimas de la catástrofe en Valencia.

Puigrós quiso también poner en valor la figura del santo. «De una acción cotidiana consiguió hacer una acción espiritual. Fue una persona normal y eso es lo que lo hace próximo aún a día de hoy». De esa «llamada a la armonía y al buen trato» y a dar la bienvenida a quien quiera entrar también quiso sacar una lección, «en un momento social en el que eso no está tan de moda y se busca la discriminación por motivos como la raza».

En su agenda, el provincial de la Compañía también visitó a los religiosos de la orden que han sido acogidos en Palma por los franciscanos y trasladó su agradecimiento a esa comunidad por ese trato.
La celebración de la fiesta había estado precedida por un recrudecimiento del conflicto entre la Compañía y los antiguos alumnos que se inició tras el anuncio de la salida de los religiosos de Mallorca para ser acogidos en otras comunidades y con los planes de la orden para el complejo de Montesión.

La Compañía de Jesús llegó a anunciar que había buscado asesoramiento legal para emprender acciones contra algunos de los ex alumnos ante sus manifestaciones y «sus persistentes ataques públicos con información confusa e infundada» sobre el estado del templo. A su vez, los antiguos alumnos han mostrado de forma reiterada su preocupación por el estado de conservación del templo y de todo el consejo e instado a diferentes administraciones a garantizar su conservación y que reclamen a la Compañía que ejecute las obras de consolidación que llevaban tiempo previstas.

En ese contexto, la celebración de San Alonso llegaba caldeada con insinuaciones de boicot y de vetos que, finalmente, no se concretaron y tanto desde la orden como desde las filas de los antiguos alumnos los llamamientos eran a tender puentes y limar asperezas.